Picotazo político 25 de marzo 2020

Sí, tiene razón aquellos que desde los grandes medios de

 comunicación y de las plataformas digitales piden que todos nos quedemos en casa, los especialistas indican esa ruta, así contendremos al COVID19.

Los memes relajan el tema con los ejemplos chuscos de una cuarentena y las crisis existenciales que provocan tales encierros, quienes pueden hacerlo, quienes están en posibilidad de no salir sin que su economía se vea afectada, bien, bien por ellos.
Pero el coronavirus no solo representa una amenaza para la salud, sino para la extinción de las modestas economías de millones de seres humanos que pelean día a día para hacerse de un plato de comida dejemos el romanticismo de lado, quienes pueden soportar un encierro entre series en la televisión o videos juegos no están familiarizados con el que vende tamales en la calle, con el frutero, con el de la tiendita, con el taxista, con esa verdulería que está a punto de cerrar.

Esto es serio, el golpe a esas piezas de la economía generará uno de los boquetes de mayor descontento del que se tengan memoria, pues este clima, el cual se asemeja al de una guerra pinta para que el andamiaje de las clases laborales y microempresariales se vean destinadas a un abismo del cual se convierte en tumba para muchos.

Cierto, distintos gobiernos como el de la Ciudad de México y del Estado de México ya lanzaron salvavidas para mantener a flote a todas esas familias que dependen de los hilos del comercio en pequeño o del informal, las medias son buenas, en algo resolverán el andar por esta noche de emergencia, pero esto no deberá quedarse así, los sectores golpeados son mucho más amplios, lo podemos ver en restaurantes, en posiciones en donde el turismo se ha ido secando, en aerolíneas y nada augura que se repondrán en uno o dos meses, de ahí que todos los actores del estado mexicano, empresarios, de los grandes, gobierno, haciendas públicas, operen a favor de un gran pacto que convierta toda esta saliva de supuesta solidaridad en acciones de mayor calado, que relance al país, accionando las palancas de la inversión pública y con grandes oportunidades para la iniciativa privada y que esta encuentre atractivos proyectos de inyección para sus capitales.

Un acuerdo nacional para no permitir que el país vaya más allá de una recesión y comience a apestar a quiebra, tenemos que ser creativos y muy solidarios en estos momentos pero no solo con cuarentenas y más aplicación de gel antibacterial, sino con este terremoto económico que ya se siente.

Gobiernos como el de los Estados Unidos y su Reserva Federal han anunciado agresivos programas para la reactivación económica y que el empleo y los hogares gringos se sientan seguros, aquí, apenas aquí, estamos resolviendo qué factor fue el que produjo la baja en las gasolinas, así que, si queremos evitar que el coronavirus deje algo más que infectados y muertos, es justo replantear todo el sistema de gobierno y su papel como impulsor de una verdadera revolución en inversiones y productividad.