Picotazo político 27 de abril 2020

Claudia Sheinbaum es otra a la que conocimos durante y después de los sismos del 2017. Siendo jefa delegacional en Tlalpan se ensombreció con la tragedia del Rébsamen, sobrevivió a ello, el 

blindaje se lo debe a Andrés Manuel López Obrador, lealtad pura, incondicionalidad que para el presidente debe haber significado un brazo fuerte en las horas negras de la campaña. Pocas personalidades pueden llevar el sello siamesino tal y como lo porta doña Claudia. 
 
A su gobierno se identifica al de los espejos del federal, apegado al guión de Presidencia, de agendas paralelas, pero no está mal, los caminos políticos tienden a estar llenos de coincidencias, la reciprocidad en política se hace fuerte cuando las rutas nos llevan por la desgracia, por el infortunio, AMLO y Claudia Sheinbaum han cruzado por esos tiempos en donde la derrota o las banderas del fraude eran las lineas de todos los días, pero la fuerza de la realidad y sus brutales acomodos quitan la piel que se utliizó en el pasado y se asoma la nueva.
 
Y llegó el Covid 19 y el monumental reto de enfrentarlo, unos, los del nivel federal, atados a una serie de señales confusas sobre el cómo y cuándo entrarle al virus, creando una de las escenas más tropezadas, sumando a este raro ambiente mas confusión. Para nadie es un secreto que el Presidente de México decidió irse por la libre en esta crisis, elevando la ansiedad en mas de uno, una agenda de confrontación con muchos actores le han propinado una rápida caída en cuanto a las preferencias, sin embargo, en el caso de la jefa de gobierno no ha sido así, la aceptación pública refleja estabilidad, reuniendo más simpatías que repudio, la doctora ha llevado con mayor tino la repuesta de su administración ante la enfermedad, sus apariciones en redes son mucho más serias y cuidadas que lo que hemos visto en las mañaneras, claro, salvando el papel de Hugo López Gattel, uno de los rostros más oxigenantes en todas estas horas de histeria.
 
Regresando al caso de la jefa de gobierno, su actuar ha ido llevando una mano sutil pero claramente firme en distintos rubros, tales como el uso del cubrebocas obligatorio, el llamado mucho más redondo y especifico de la fase tres y un poco más para atrás, el uso de los cuerpos policíacos realizando una labor mucho muy efectiva. 
 
No podemos dejar de aceptar que el sistema hospitalario defeño, con todo y sus faltantes no ha llegado a un nivel de colapso, y que si bien el cuerpo de salud puede generarnos todo tipo de dudas, este muestra un rostro más solido que hace tres semanas. La aplicación del hoy no circula ha sido una manera suave de declarar un alto total a la descontrolada circulación en las calles. Vamos, Sheinbaum ha crecido frente a la pandemia, las decisiones no han sido erráticas y si bien deberá enfrentarse al gran monstruo del desempleo y la crisis económica que está golpeando a la capital, ha lanzado un par de boyas al mar que permiten cierta conducción en los sectores más golpeados.
 
Veamos, el Covid 19 es como un terremoto en plazos, el temor es la cantidad de escombros que habremos de levantar, vivimos con miedo, los niveles de ansiedad y estrés están llegando a sus picos más altos, y aun así, la ciudad respira, tiene servicios, el agua llega, el camión de la basura pasa, la patrulla recorre las calles y con todo y que las cifras de infectados y muertos crecen, no son ni por mucho lo que en Nueva York se vive. Y sí, a Claudia Sheinbaum ya no se le debería retirar la vista, pues, sin soltar su lealtad a su impulsor, va construyendo en medio del bombardeo, su propia ruta hacia estrados superiores.
 
Ojo, Claudia, muy leal a Andrés, pero no es belicosa, ni siquiera empaca en aquellos personajes duros, sombríos que la política produce, no desestimemos lo que en palacio de ayuntamiento se construye.
 
Solo el tiempo dirá qué tan resistente y templada es la jefa de gobierno, pero hasta hoy lleva buen paso. ¿Seré que veremos a una mujer como ella aglutinar todo lo que no gusta de su jefe, en una personalidad menos dura y desconfiable?