No nos engañemos, el presidente de México envió la peor señal que cualquier líder pudo haber montado en medio de un tsunami pandémico, el aseverar que no pasaba algo, que su "fuerza moral" daba para despreciar la mortal entrada del covid-19, resistirse a usar cubrebocas elevó en el Gran campo de la ignorancia la idea de que efectivamente "no pasaba nada", uso y señal que fue entendida por muchos como bandera verde para continuar en una normalidad que hoy arroja más de cien mil muertos.
En algún momento de la historia se tendrá que escribir de esto, sobre el día que el presidente determinó aplicar la autanasia a los más pobres, a sus gobernados.
¿Se pudo evitar que la montaña de infectados y muertos fuera menor? No tengo duda. Pero en la disertación viene la peligrosa idea de cuestionarnos sobre el nivel de responsabilidad de un jefe del ejecutivo que sigue siendo muy poderoso, que cuenta con un aparato de propaganda, medios de comunicación haciendo comparsa de sus acciones y ese solo hecho eleva una muralla de impunidad en el cual muy difícilmente veremos a alguien de ese nivel rendir cuentas por sus actos.
Los muertos ahí están, nos debería doler a todos, es cierto que el virus provino de China, en este país ha sido en donde se le dio pasaporte de turista y se le abrieron las puertas desde las primeras horas de la crisis, fue recibido con besos y abrazos, no con recias medidas de Estado donde el primer ciudadano, el presidente de la República lo atajase con seriedad que el caso amerita.
Hoy cien mil hogares están de luto y esto aceptando que las cifras oficiales sean honestas, de lo contrario estaríamos ante el holocausto nacional, desde las mañaneras, en los primeros días de esta pesadilla de nos dijo que no pasaba nada. A poco más de 8 meses de una cuarentena que rompe con toda lógica, vemos como penosamente un ex estrella de la 4T Hugo López Gatell, se mimetiza en su jefe y decide pelearse con los medios de comunicación, es inútil repetir el gazapo del epidemiólogo, pero no hemos sido los periodistas los que decretamos el desastre, puesto que no fuimos nosotros los que dejamos sobre la pared los mensajes de "no usen cubrebocas".
Hasta la fecha sabemos que se debe usar el cubrebocas, a pesar de que el hombre que más aparece en televisión no lo haga. Tanto el doctor López Gatell como su jefe, el inexistente Alcocer o el mismo mandatario no han dicho nada algo que nos debería llenar de miedo, que la pandemia sigue, que no saben realmente qué hacer con ella. Que los cien mil muertos podrían convertirse en 200 mil o medio millón a éste ritmo.
Sencillamente el gobierno ya fracasó, no supo y no sabe qué otra cosa hacer, más que tratar de desviar la atención de una enferma sociedad mexicana.
¿Enero, febrero, a mediados de año? Pará qué fecha le gusta que estemos llorando por lo que se resisten aceptar: que son un desastre, México vive y vivirá una pesadilla inenarrable? Anote está fecha, después recordaremos lo que en picotazos anteriores se ha escrito, haber que tan buena memoria tenemos.
No es regaño, es Picotazo Político
Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Vicepresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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