Lourdes Mendoza fue informada por una amiga de que a lado de su mesa se encontraba cenando Emilio Lozoya, la columnista no dudó y se hizo presente
en uno de los restaurantes más lujosos de la CDMX.
Las fotografías han levantado la indignación de la sociedad informada, y no solo de los “adversarios" del presidente, sino de personajes como Ebrard o Monreal. Claro, el mandatario no tuvo de otra más que calificar de “inmoral" lo que lozoya hizo. Atrapado, el mandatario no alcanza a distinguir qué tanto este caso, como el de los miembros de su partido enviaron millonadas de dólares a paraísos fiscales o la vergonzosa persecución en contra de 31 académicos e investigadoras son el corolario de un gobierno completamente inmoral, pero que a fuerza de acostumbrarnos al doble discurso, terminan por normalizar sus actos, en un elevado gesto de cinismo.
Lozoya no solo ha cometido actos inmorales, sino que las pruebas lo colocan como uno de los funcionarios más corruptos en mucho tiempo, uno que cobraba un millón de dólares a todo aquel empresario que buscase una cita en sus oficinas de Pemex; Lozoya es el sujeto que según Odebrecht, recibió 10 mdd y que hasta el momento figura como único acusado el que él haya decidido repartir culpas según sea el capricho de López Obrador, eso no indica necesariamente que sea cierto, pues a estas alturas no se puede creer en este sujeto.
Su caso es el reflejo de una componenda entre un necesitado Andrés Manuel por demostrar que va en serio en contra de la corrupción, y un arrogante ex director de Petróleos Mexicanos que señala por catálogo a sus presuntos compinches.
México vomita cinismo, esto es una tragedia, y cuando los ilusos creían que el súper hombre venido de Tabasco acabaría con las ratas del pasado aparece el cuerpo de un despreocupado “testigo protegido", y con la sutileza de la cena manda a las instituciones al diablo mientras pide una botella de vino tinto, la más costosa para brindar por el show montado en este sexenio y su tremenda suerte, pues si alguien cree que en la Fiscalía General de la República se corregirá esta pifia pueden esperar sentados.
Pobre presidente, ya ni el delincuente de Lozoya lo respeta.
Ya solo nos falta ver a el “chapito” comiéndose una birria en la polar así, quitado de la pena total, su cuate trabaja en palacio.
No es regaño, es Picotazo Político
Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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