El lunes 11 de abril, cuando despertamos el simulador seguía ahí, el tiempo congelado, ni la trajinera se hundió, ni el avión presidencial tomó vuelo (ni rifándose).
México, país de parafernalias, de mil máscaras y de ese extrañísimo orden de carpas en las cuales cada loco trae su tema, mientras los tumores de la mediocridad y pobreza avanzan en una patria que canta y llora mientras el país se dirige a los arrecifes.
El número de votos es proporcional a una operación que implicó mucho dinero y muchas presiones para cumplir con un marcador, que como en el fútbol, es el del “ya merito", ni ganan, ni pierden, es más, ni juego hubo, ganan y pierden por default, se inventaron un contrincante, acusaron a las sombras y sembraron el cuento de que querían que “AMLO siguiera" porque los malditos enemigos lo querían ver fuera.
¿Se había visto esto? Que la escuadra de morena llenara su mini estadio, agitará las banderas, le mentara la madre al árbitro y quisieran quemar a un equipo ficticio que los trataría de derrotar en la cancha, cuando el fantasmal contrincante, sencillamente, no se presentaría por la razón de que no le importa hacerle el caldo a una fanaticada que, como los perros, le ladraba y mordía a su propia cola.
Pero deberían estar preocupados, pues no es una buena noticia el que con todo y las violaciones al reglamento deportivo (excesos que harían palidecer a Plutarco Elías Calles) el resultado les haya significado perder la mitad de los goles con que ganaron en el 18, la mitad de anotaciones son el termómetro de lo mal que jugaron, y para la final del 24 necesitarán algo más que acarreados o toda esa maquinaria de corrupción electoral. Ya vimos que con las reglas electorales fueron capaces de violar todo lo violable, de lo que estarían dispuestos a hacer para no perder el poder. Ojo, ya no solo montar simulaciones de revocación, sino la operación de un mega fraude al estilo Bartlett y para ello necesitan que el INE deje de ser ese juez imparcial y convertirlo en una oficina más de la secretaría de gobernación, como lo fue en los 70’s.
No perdamos de vista el que desde ahora, en Palacio Nacional, saben que con esos números no ganarán en el 24. No con 15 millones de votos… Preguntémonos ¿Qué van a hacer para repetir los 30? ¿Qué locura atestiguaremos? La verdadera prueba de fuego para nuestra democracia está por venir. Hoy, solamente fue la obra negra del culto a la personalidad, carísima, pero es únicamente un ensayo.
No es regaño, es Picotazo Político
Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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