Sin escapatoria, el mandatario ocupa ya un lugar en la historia de los que le fallaron en todo a sus gobernados. El tiempo nos dará la razón.
Ante la bestial mordida de la realidad, López Obrador recurre (mejor dicho, Washington lo hace recurrir) a una medicina por todos conocida, el uso del ejército para apagar el fuego.
La militarización en el país ya existía, y los canales de su uso han sido públicos, pero no sé tenía un marco legal para que las y los soldados de la marina, pudiesen actuar, no solo como policías, sino como una herramienta mucho más eficiente en contra de las bandas del crimen organizado.
Los encontronazos entre elementos militares y grupos del crimen organizado han sido acompañados por sendos cuestionamientos sobre violaciones a los derechos humanos, basta recordar lo ocurrido en Tanhuato, Michoacán, y la mal llamada masacre de sicarios.
En el papel, los de verde olivo y marinos han llevado la desventaja, pues el uso de la fuerza se ha manejado en una línea muy frágil entre la pelea por la recuperación de la seguridad y atropellos a las garantías individuales y humanas, cuando en realidad deberíamos, todos, estar a favor de las instituciones castrenses, por una sencilla razón, lo que estamos viviendo, un estado de terror y la penetración del narco en todos los aspectos de la vida en México, incluyendo la operación de narco elecciones, por ende, de narco partidos políticos.
La liga ya no dio para más, y en los Estados Unidos de América fijaron los términos para que el vecino del sur pusiera orden, obviamente esto no ha gustado al presidente, quién, sin reconocerlo, ha perdido la bandera de la soberanía y de frente, se estrelló con las barras y las estrellas. Esto por supuesto que no es reconocido por Palacio Nacional, quienes tuvieron que tragar sapos y guardar el discurso de los "abrazos y no balazos", así como aquello de que se regresarían las tropas a sus cuarteles
¿Necesitamos al ejército y marina para combatir la violencia? Sin duda, de hecho, no tenemos de otra, pues en el tablero no se cuenta con ningún tipo de salidas.
México fue transformado en un polvorín, un cuerpo dividido, rencoroso, asfixiado por la alquimia de las ocurrencias, pero el que se le condujera a un clima de guerra civil, es otra cosa y de ello es responsable el presidente de México.
Pero ahí vienen, de nueva cuenta, los mexicanos uniformados de verde y azul, para un gran plan DN IIIE que saque a México de la lumbre.
Y todo, con esperables consecuencias de quienes se les hizo sentir que son los dueños del país: la industria del crimen organizado.
No es regaño, es Picotazo Político
Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Redes sociales:
Twitter: @MiguelLoFarias
Twitter, Instagram, Facebook, Happs: