Inicia la carrera presidencial del 2024

· Morena, disciplinado ante López Obrador
· PRI y PRD, aniquilados antes de empezar
· MC, en 2021, laboratorio de Enrique Alfaro
· Las calles, ahora la arena de lucha política

 Subir montañas encrespadas requiere pequeños pasos al comienzo.
William Shakespeare, dramaturgo inglés.

Desde la semana pasada, con los disturbios ocurridos en las calles de Guadalajara y la Ciudad de México, se inició el proceso electoral para el 2024. Las elecciones del año próximo, las más importantes para la vida política del partido en el poder, Morena, son secundarias, aunque muy relevantes. El “bife” está en los comicios de presidenciales. Ahí se juega no solo la permanencia de la secuela que dejará Andrés Manuel López Obrador, sino la libertad de una buena cantidad de los políticos morenistas, que abusan de sus puestos con altos índices de corrupción.
Aunque era auténticamente un niño, vi pasar por el gobierno en México a Luis Echeverría Álvarez, un izquierdista totalitarista. Pugnó por una economía “mixta” para comprar empresas quebradas y vivir del petróleo mediante acciones centralizadas en su gobierno, plagado de corrupción donde sus amigos y los amigos de éstos, se hincharon de ricos, gracias a los contratos con Pemex y la compra de empresas quebradas, hechas añicos.
Esa economía “mixta” en donde quería compartir las utilidades con los empresarios, era ideal para muchos empresarios que veían sus compañías a la orilla de la bancarrota. Acudían con el gobierno y este compraba las empresas, con el dinero de nuestros impuestos, a precio de oro.
Así descapitalizaron a una nación que estaba en un proceso de crecimiento sostenido en gobierno anteriores, desde la perspectiva de la Cuarta Transformación, liberales en toda la extensión de la palabra, aunque represores a los grupos que eran disidentes. El echeverriísmo mató, desde que era secretario de Gobernación, a cientos de opositores, cifra que se incrementó durante su mandato en Palacio Nacional, donde despachaba.
El sistema de controlar desde el poder era sencillamente el de generar un clima de miedo en todo el país. Por un lado, la guerrilla, por el otro la corrupción policiaca, donde se “institucionalizaba” el secuestro y la extorsión contra los ciudadanos. Desde ahí se controlaba a los grupos de delincuentes en todo el país. Fueron los años que le dieron origen a los cárteles de las drogas.
Hoy, en un panorama diferente, el miedo sigue siendo el común denominador. Los políticos se disputan en las calles el poder, mediante la creación de un ambiente de incertidumbre. Quieren la Presidencia de la República al costo que sea.
Las piezas empiezan a recomponerse para el futuro electoral. En Morena hay dos figuras preponderantes: Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores, así como Claudia Sheinbaum, gobernadora de la Ciudad de México. Funcionan en el mismo grupo que ve con buenos ojos el Presidente de la República y fundador del Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, hay muchos grupos menores que ven la oportunidad de colocarse en el candelero y, desde ahí, encontrar apoyos de México y desde el extranjero, para colocarse en la silla maldita, como le dijo Emiliano Zapata a la presidencial, de Palacio Nacional. En Morena, la lucha por el poder es extremosa y sin escrúpulos. Bueno, la política y los políticos no tienen escrúpulos.
El resto de los partidos, como el PRI y el PRD, están materialmente desaparecidos. El PAN, no tiene un prospecto que sea considerado icónico o líder de la oposición a la izquierda mexicana. Es más, no suena nadie para perfilarlo como contrapeso a Morena.
El único que se perfila como verdadero opositor del gobierno izquierdista es el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano, a quien lo quieren desbarrancar. Él encabezó la movilización que pone en jaque el Pacto Fiscal Federal, que ahora AMLO acepta como “opción” de diálogo.
Todavía no empieza la sucesión del 2024, pero el 2021 se convirtió en la antesala de la disputa más cruenta en los tiempos modernos de la política mexicana.
PODEROSOS CABALLEROS: La titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, rechazó que México haya “quedado mal” ante la OPEP al no aceptar el acuerdo de los integrantes de esa instancia, de extender hasta el próximo 31 de julio el recorte a la producción de crudo, con el fin de estabilizar los precios. Para ella, México solo está defendiendo y de manera respetuosa, la política energética de la presente administración, en gobiernos anteriores, distinta. La verdad de las cosas es diferente. En la 4T no entienden las reglas de mercado capitalista. El disminuir la producción, bandera contraria a la del Presidente López Obrador, es para incrementar los precios. Prefiere Pemex, vender barato nuestra riqueza que hacer equipo con los que conocen de mercado petrolero como los árabes y los tiburones de la OPEP.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: Eli Lilly, que en México lleva Carlos Baños Urquijo, comenzó a suministrar las primeras dosis de un potencial tratamiento con anticuerpos específicamente diseñado para combatir al Covid-19. Es el primer resultado del trabajo de colaboración desarrollado con AbCellera, que inició en marzo. Al final de junio se revisarán los resultados de este primer estudio en humanos y se iniciarán ensayos más amplios de eficacia; no obstante, también se comenzará con la fabricación de la potencial terapia con la meta de tener varios cientos de miles de dosis disponibles para entregarlo lo antes posible. Las terapias con anticuerpos, como el tratamiento de Lilly y AbCellera, podrían ayudar en la prevención y tratamiento de Covid-19 y podría utilizarse en los grupos más vulnerables.
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