"Puedes jugar con fuego, pero te quemarás": Bob Dylan (1941-?) Cantautor, compositor y músico estadounidense.
Los recursos presupuestales deben estar destinados para el beneficio de los mexicanos.
No para cumplir los caprichos de poder y dinero de los gobernantes en turno. Esto no es privativo de administraciones pasadas en el país.
En entrevistas recientes que hice a actores de controladores aéreos, pilotos y con funcionarios de la SITC, el único sentimiento que queda es la grave inseguridad que priva en los cielos del país, pero en especial del área metropolitana de la Ciudad de México.
Esto, no lo digo yo, si no lo mencionan quienes vienen desde México y el mundo, que urgen medidas de seguridad aérea en el país.
En un afán de desviar recursos presupuestales a preservar el poder, el gobierno morenista abandona la seguridad aérea, entre otras áreas vitales para la vida de los mexicanos (salud, seguridad pública, infraestructura, educación, entre otras), lo que deja en la indefensión a la población; merced a accidentes impactantes.
No se trata de fastidiar a López Obrador. Se trata de lanzar voces de alerta a su gobierno, ante señales de un desastre que pueda ser infinitamente peor que el colapso de la Línea 12 del Metro.
El video que se difundió en las “benditas redes sociales”, en el que se observa a un avión de Volaris que se acerca al aterrizaje en el aeropuerto Benito Juárez, de la Ciudad de México, mientras otro avión de la misma aerolínea que recibe la orden de despegar, es espeluznante. Sólo había una diferencia de 10 metros entre uno y el otro. Afortunadamente, la habilidad del piloto de uno de ellos, levantó el vuelo, evitó una desgracia.
Aquí vamos con lo que reportó en un año.
El 20 de mayo del año pasado, el gobierno de Estados Unidos, degradó la máxima calificación de seguridad aérea al país, debido a que México carece de una supervisión adecuada en esa materia. Un año, no hemos recuperado la categoría 1, y parece que en la Secretaría de Comunicación y Transportes, que encabeza Jorge Arganis, ni sudan, ni se acongojan por tener la categoría 2.
En esa categoría están naciones como Bangladesh, Pakistán, Venezuela y Tailandia, que no pasan las auditorías que hace la Administración Federal de Aviación (FAA), y que versan sobre regulaciones de aviación adecuadas, la capacidad de hacerlas cumplir. Además, los estándares los establece la Organización de Aviación Civil Internacional, un brazo de las Naciones Unidas.
¡Una alerta que se dio desde hace un año!
Un controlador anónimo, que nos contactó, comentó sobre esta degradación y los problemas que existían en el espacio aéreo mexicano, razón por la que disminuyeron la categoría. Estos percances no son nuevos.
Habla de favoritismo y nepotismo del director general de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, Víctor Manuel Hernández Sandoval, quien presentó su renuncia al cargo de manera irrevocable el fin de semana, luego de que la Federación Internacional de Pilotos de Líneas Aéreas alertó de diversos incidentes en la llegada de aviones al AICM. A Hernández lo entrevisté y mostraba inquietud por lo que pasaba en el espacio aéreo, pero afirmaba que todo estaba “seguro”. Sin embargo, ahora renuncia. ¿Es la manera como se lavaría las manos en caso de un desastre?
Las condiciones laborales de los controladores son crueles. A los más experimentados los segregan y a los nuevos les dan mejores salarios, así como descansos. Es una actividad de gran tensión y estrés. Por ello necesitan un ambiente de descanso para realizar sus actividades. Además, sabemos que hay poco personal y el nuevo, que llega recomendados por los políticos de la Cuarta Transformación, no tienen la capacitación necesaria.
A no ser por la habilidad de los controladores experimentados y de pilotos entrenados, se han evitado decenas de accidentes, que son calificadas como “incidentes”. Muchos se guardan en el secreto secretísimo de las paredes burocráticas de la SICT o de las mismas aerolíneas. Sin embargo, son más de 30 de esas incidencias las reportadas.
Otro acto de miserable manejo presupuestal, es el gasto de 2 millones de dólares para comprar radares meteorológicos, necesarios para navegación segura. Mucho menos de lo que se gasta por tener guardado el TP01, que representa los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña.
Una vez más, vemos como gana terreno la incompetencia, la voracidad y mezquindad en la 4T. No importan la vida de los mexicanos. Solo importa mantenerse en el poder y con acceso al dinero.
Es triste ver el deterioro del país. Una cosa es el ahorro y otra, muy diferente, es poner en riesgo la vida de los mexicanos. Primero fue la salud, luego la seguridad, ahora hasta el espacio aéreo. Es una gansada.
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