COMO RELUMBRA LA DISTANCIA

COLUMNA     ¡QUE CONSTE,… LOS OLVIDADOS!

COMO RELUMBRA LA DISTANCIA, ahí vamos por esa mixteca seca, llena de cuevas, de laderas, de montes cortados y con tierra reseca de tan reseca que no se hacen arroyos ni se junta el agua cuando llega a llover. Y ahí van recogiendo las hojas de palma, la que se

usa para hacer canastas, bolsas y sombreros de esos que vienen a comparar los de Tehuacán, a comprarnos por dos pesos y que nos tratan de pinches mugrosos y apestosos, que nos engañan al contar. Pero no hay más, o ellos o nos quedamos con las cosas. Los camiones no nos llevan, y si llegamos a Tehuacán o Puebla ni quién nos compre los sombreros, como nos ven jodidos y apurados nos pagan menos y nos chingan más.

         En la cueva no se ve, se teje sin ver, tejiendo, tejiendo, con las manos rajadas y llenas de bolas, duelen, es doloroso cuando ya se está viejo y se deforma la mano, pero hay que tejer y tejer, ni se piensa, no hay que pensar porque si se piensa se llora y si se llora se va acabando uno, como doña Nicasia, que se le fueron el viejo y los hijos dizque al otro lado y nadie sabe de ellos. Unos, dicen que se ahogaron al cruzar el río y pues ellos no saben nadar, no hay ríos donde se pueda aprender en estas montañas secas, solas, ausentes de nubes y de poca agua, de nada, de todo y de nada, no hay ni conejos, ni liebres, a veces chapulines, y hay quien los come vivos, porque no hay de otra, el maíz chiquito, el trigo poquito, y para molerlo duro como el alma de muchos ricos y hacemos tortillas de trigo y se buscan los palitos para poner el comal de barro y hacerlas para comer y vender o para tener, cuando menos, y saber que hay están para calmar el hambre, y se va caminando y tejiendo por esos caminos duros y secos, blancos de tierra, sin color, como de almas en pena, y hay van las jóvenes poniendo un poco de mezcal en el reboso para que chupen los críos y no lloren, es mezcal con éter para que pegue y se compre menos y se calme el hambre y se grite menos de dolor, viendo como las chiches ya no sacan ni leche de tan secas, también, como almas en pena, y se va tejiendo la palma, y cuando se termina se va uno a la cueva, húmeda de tanto llanto donde se junta gota a gota el agüita para tomar, una ollita, no hay para más, no da, secamos la tierra desde, dicen que, los viejos mixtecos de tan guerreros que eran y de tan ricos que fueron enterraron en Monte Albán, en la zona zapoteca a los muertos y sus joyas, y los dioses se enojaron, y desde entonces se secó todo y la pobreza llegó, y aquí estamos tejiendo a cada paso y esperando que se junte la ollita de agua para tomar, andar como una legua o más o menos, no sé, los pies duelen lo mismo con sol o con sombra, ya se van deformando por lo viejo y comenzamos a pensar en la muerte para poder descansar.

         Y corre ese viento frío y fuerte como cantando en cada sitio donde se mete, y uno, pensando en que son las almas de los viejos que andan en la pena y en el llanto, buscando que la tierra tenga vida y no salitre, que de comida y no llanto. Vemos a lo lejos los jacales de varas, de hojas de maguey, con un fogón sin nada, con algunas varas regadas para prender, y los frijoles secos, casi no hay agua, pocos, para que se vayan alcanzando en la semana, ya casi no hay sal y dicen que la sal es el sabor del mar y quién sabe, no conozco nada de eso, pero cuentan, y a tortear, a moler en el metate que tiene roto la pata y acomodo la piedra, y ahora, en rodillas, me duelen las rodillas, ya estoy vieja y se ríe y se ríen cuando salen las chispas de la lumbre y va calentando, lo demás es frío y viento como que aúlla y se queja, hasta el viento en estas soledades se queja, ya ni vela ni quinqué pues no hay para el petróleo, ni para la mecha, todo está cada día más caro y los sombreros más baratos; que se usan más la gorras y es cierto, cuando camino por las veredas veo a los jóvenes con sus gorras, dejaron los sombreros, nos traicionaron a las tejedoras…y la mano duele, y el pie y la pierna y con el frío el dolor es más y yo no sé dónde dejé aquella botella de mezcal con marihuana que me regalara el marido de mi comadre Jacinta cuando la fuimos a enterrar, porque murió de parto lo mismo que el chiquillo, y mi compadre me dijo; pues está usted solita y yo solito… pero me dio miedo, y después de la pena, se fue para el Norte y nadie sabe nada ni lo han vuelto a ver…hasta el fido, el perro flaco que cuidaba el jacal ya no aparece, se cansó del maíz perro y del hambre y de las quejas, era un perro viejo, sarnoso, lleno de pulgas y casi ni ladraba ya, no sé si lo robaron, por aquí, donde todo falta todo tiene valor, hasta los perros flacos y sarnosos. Y bueno, pues quién nos va a robar o a robar qué, solo mugre y el comal, el metate roto, los chiles secos, la poca sal y si se roban la sal, pues se salan, dice la vieja bruja que hace las limpias con huevo y magia y copal. Ahora ya viene el tiempo donde el copal llora y sangra y lo recojo y lo vendo, huele rico, es con el que veneran a Dios en el templo, se oculta el olor de los pobres y se ve al cristo seco, lleno de llagas, de sangre, de dolor, como nosotros, como nuestro retrato o lo que nos espera y me digo, porque hablo mucho, cuando pienso, si así quedó el señor dios, pues yo voy a quedar peor, mallugada, rota, a la mejor ni me ven en la cueva si ahí me toma la muerte y me llama…

         Ahora, anda sembrando los palos, muchos pinos, y ahí van, con el puro olor del agua, con la humedad que deja la neblina, se ven como sombras que giran y se mueven como que bailan, el muchacho que lo hace es un buen hombre, los que siembran palos son buenos, quieren la tierra y aman a la naturaleza, buscan que vuelva a llover y no pierden la esperanza, algunos envidiosos dicen que lo hace porque le pagan los gachupines y los ricos para quedarse con las tierras, como si valieran algo, si ni mezquite sacan, ni los chivos dejan que salgan las ramas y las hierbas… y ahí lo veo, dale que dale, igual que nosotras tejiendo y él, paleando, él, haciendo hoyos y sembrando y se ve buen hombre, serio y hasta guapo… qué lástima que ya no tengo carnes y estoy seca y vieja, arrugada y enferma…dicen que esa carretera va hasta Nopala, Tehuacán y Puebla, pues sabrá Dios…