No tengo la menor duda de que la victoria tiene la fuerza y la motivación de convocar a muchos a gozarla, pero las derrotas, más cuando son con una brutal
violencia, con el encono y la brutalidad de una guerra preparada por Estados Unidos con la complicidad de los políticos mexicanos con el fin de generar un “golpe de Estado en 1968” en México, nos muestra que las complicidades y las perversidades se llevaron de la mano de tal suerte que, al final de cuentas, se pretendía ocultar la acción de violencia, brutalidad y traición generando una terrible guerra avalada por los medios de comunicación que impactaron a muchas gentes y les desviaron la atención, buscando “culpables” entre las víctimas y no dejando que se mostraran las caras de los verdaderos represores, por esa razón, muchos, me han preguntado si es que los comisionados por el CNH para la negociación con los REPRESENTANTES DEL PRESIDENTE DÍAZ ORDAZ en el primero y dos de Octubre: JORGE DE LA VEGA DOMÍNGUEZ Y ANDRÉS CASO LOMBARDO, realizada en casa del Rector, fueron cómplices de ese movimiento y traición, o simplemente, también fueron engañados por nuestra inocencia y las ganas de terminar con el movimiento estudiantil y dejar que se diera la negociación con el nombramiento de las comisiones y dar paso a la calma necesaria para que se desarrollan los Juegos Olímpicos sin conflictos ni problemas. En lo personal, creo que todos fuimos engañados, no contábamos con experiencia ni teníamos la vileza que mostraban los negociadores del presidente ni los operadores de la enorme traición que lleva a la matanza de Tlatelolco el día dos de Octubre de 1968.
Se supone que los negociadores del presidente al lado de los negociadores nombrados por el CNH, llegaron a los acuerdos que, así nos anunciaron a todos, de que se paraba el movimiento y regresábamos a clases, que se nos permitía hacer el mitin en Tlatelolco el dos de Octubre para anunciar a las bases el retorno a clases y que se iniciaban los nombramientos de las seis comisiones para discutir cada uno de los seis puntos del Pliego Petitorio, pero al paso de los años, nos damos cuenta de que todo eso era una trampa para concentrar a los representantes en ese evento al cual fuimos confiados de un arreglo y, en cambio, las instrucciones de Díaz Ordaz, al lado de su Estado mayor Presidencial y sus sicarios en complicidad con los policías enviados y controlados por el jefe del departamento Central, General y licenciado Corona del Rosal y de las huestes de la secretaría de Gobernación de Luis Echeverría y el manejo y manipulación de los medios por parte de la Secretaría de la presidencia, se llevó a cabo la acción emprendida de la matanza por parte de los miembros del Estado mayor Presidencial como jefes de la agresión, encubiertos en los llamados: Guantes Blancos o Batallón Olimpia, y así, en las memoráis del General Marcelino García Barragán se van descubriendo que muchas de las acciones llevadas a cabo por el ejército mexicano, fueron orquestadas y manipuladas para que las ordenara el presidente desde la Secretaría de gobernación y del Departamento del Distrito Federal y, en este esquema, además, ahora, se conocen algunas de las participaciones del gobierno norteamericano en el proceso que se encaminaba a mantener una idea de lucha contra el comunismo y los “guerrilleros” por medio de los funcionarios de alto nivel que, al final de cuentas, respondían a los manejos de la CIA donde estaban inmiscuidos el mismo presidente Díaz Ordaz, el Secretario de Gobernación, el general y licenciado Corona del Rosal y otros funcionarios más, tal como se vienen mostrando en varias investigaciones realizada por historiadores del conflicto en el 68 y se demuestra, en tal sistema, la complejidad que se mantuvo en este esquema donde también entran los conflictos de la sucesión presidencial adelantada y es por ello que se entiende que al final de cuentas, en este estallamiento de violencia y matanza se buscaba que el Ejército mexicano aceptara el golpe militar que coronaría las acciones de la CIA en el país y mostraría al mundo que la guerra fría tenía una razón aceptable para América latina, pero, por fortuna, los militares mexicanos no cayeron en esa trampa y evitaron el colapso del civilismo en México.
Así entendemos que muchas cosas se han manipulado de tal suerte que los mismos grupos estudiantiles con diferentes visiones, fueron llevados a una confrontación que les convenía a los actores de la traición y de la matanza en Tlatelolco para ocultar su verdadera conspiración, por ello, a los cincuenta años, se debe comprender que la realidad es muy importante y que en vez de andar buscando y generando conflictos entre los representantes, se debe aclarar que los verdaderos asesinos y provocadores del conflicto en México fueron los operadores del gobierno mandados en esa época por el mismo presidente ya que, en esos tiempos, ningún funcionarios se movía sin tener esa bendición presidencial y así, a pesar del acuerdo con los representantes presidenciales se nos lleva a la celada, se nos asesina y encarcela para presentarnos como los generadores de la violencia, cuando en la realidad, los verdaderos asesinos son el mismo presidente con la operación encabezada por los miembros del Estado mayor y el Batallón Olimpia, salidos de sus filas y los encargados de las fuerzas de policía que sin duda conocían del tema y que eran controlados desde gobernación y el Departamento del Distrito Federal, así que, si queremos encontrar la verdad, entremos de lleno a la investigación de esa responsabilidad entendiendo que el gobierno mexicano de la época ha sido el responsable de esa matanza y el generador de la violencia en su inicio y en su desarrollo…