Hace algunos años, en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari, llegó a la Secretaría de Seguridad Pública del
DF, don Javier García Paniagua, en ese entonces los robos con violencia en bancos, escuelas y casas habitación, las violaciones en esos robos sobre todo en las escuelas, los robos de automóviles, gentes en las calles, en fin, traían de cabeza a la seguridad pública, por ese motivo, García Paniagua ordenó a sus subordinados de confianza realizar una intensa investigación, comenzado con los llamados jefes de sector, así se fueron conformando las carpetas donde daban cuenta de sus relaciones familiares ya que casi todos tenían más de una familia , además de las casas chicas, sus relaciones con los grupos de la delincuencia organizada incluyendo la investigación a qué lupanares protegían, cantinas, negocios y giros negros, sus cuentas personales, sus bienes y, un buen día, a eso de las cuatro de la mañana convocó a los Jefes de Sector que llegaron puntuales a la cita bien uniformados y alguno que otro todavía con los estragos de las parrandas de la noche anterior, así tomó las carpetas y llamando a cada uno, al presentarse, sin más les comenzaba a dar cuenta de sus amoríos y sus casas chicas, de sus propiedades y transas, de sus relaciones con los giros y protección a los mismos, sus camiones y taxis, sus cuentas bancarias y, cuando alguno de ellos trataba de protestar o aclarar, de inmediato lo callaba, y así continúo con cada uno de los Jefes de Sector, al finalizar, nos comentan, existía un silencio sepulcral, casi todos ellos se veían atrás de los barrotes y corridos de la corporación, sin embargo, García Paniagua les comentaba: “Miren, cuando el estado les da, los ahoga, pero cuando el estado le quita, los destaza”, así que ya saben, si vuelven a darse nuevos robos de bancos, violaciones en los robos y asaltos en las escuelas o casas, si hay nuevos lupanares abiertos bajo su protección, seguramente, se van mucho a ya saben dónde y los destazamos”, al otro día, por arte de magia terminaron los escandalosos robos y los asaltos y violaciones, con lo que todos entendieron y, por supuesto, que se realizaban en los sectores, porque los violadores, asaltantes, secuestradores, pillos, padrotes y demás fauna, “trabajaban bajo la protección de los mismos jefes de sector…
En alguna otra ocasión se le vio, a García Paniagua, en una reunión donde estaba en el presídium al lado del presidente y el presidente López Portillo agachaba su cabeza tratando de escuchar mejor lo que le decía, alguno de sus cercanos colaboradores le preguntó la razón por la que no le hablaba con más volumen al presidente y él con las ocurrencias políticas a las que era dado, les contestó: “Mira, siempre hay que hablarles con la voz bajita, pero sin perder el garrote en la mano, en el caso del señor presidente le hablo con la voz baja y el tiene la atención de tratar de escucharme mejor, y esto provoca ante los políticos que nos observan, una sensación de que, soy, en verdad, “el que le habla a la oreja al señor presidente” y se soltaba la carcajada”
Sin duda, los tiempos difíciles en los que ahora vive el presidente y el país tratando de confrontar a las mafias de la corrupción, del saqueo y del robo a la nación, no son tiempos sencillos y requieren, además de la valentía mostrada ahora por Andrés Manuel López Obrador, muchas mañas para controlar a los sicarios y operadores de los verdaderos jefes de las mafias, y debe recordar que en todo acto ilegal o donde entran los grupos del huachitubo o de la delincuencia organizada que pincha los ductos y provoca atentados y alarmas entre la población, siempre, están protegidos por los políticos y por los policías de cada región y, esos, están encubiertos, y los políticos por supuesto están, quiera o no aceptarlo el presidente, confabulando en su contra, y no dudamos que en un momento, aprovechando lo que ahora sucede en Venezuela provoquen actos de protesta para tener el pretexto de las agresiones directas en su contra y en contra de sus colaboradores, claro que, les debe hablar bajito pero sin olvidar el garrote en la mano, porque de otra manera pueden hacer un atentado mayor a los que hemos visto. Recordemos que hay miles de millones de dólares en juego, que ahora sabemos que el nivel del saqueo a los bienes nacionales de parte de varios gobiernos desde Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, son brutales y que han sumido al país en una enorme crisis y que al investigar y tratar de frenar el saqueo y la corrupción, toca intereses multimillonarios de miles de millones de dólares y que mientras ellos sigan en la libertad y gozando de sus fortunas no hay nada seguro para este gobierno, porque las revueltas se hacen con dinero al igual que los grandes atentados ,y esto, no lo puede desconocer el presidente López obrador, porque está exponiendo no solamente su vida, que es valiosa en todos sentidos, sino, también, la estabilidad del país en caso de que los corruptos, saqueadores y entreguistas de México se decidan a realizan algún atentado en su contra o en contra del país, PEMEX o del sector eléctrico, el minero o el gasero e incluso, llegar a realizar sabotajes a los bancos para culpar al gobierno o realizar secuestros para generar intranquilidad, en fin, los hemos visto actuar y sabemos que muchos de ellos son capaces de asesinar con la mano en la cintura, solo pensemos en los miles de asesinados provocados por la guerra contra el narcotráfico que solamente ha servido para proteger a unos grupos que les han dado cientos de millones de dólares a los presidentes y a sus sicarios de confianza…