“En ese año, cuando la organización civil avanzaba por primera vez en la historia de este país después de muchos años. Todos coincidíamos en que no
podíamos continuar la lucha porque había un desgaste enorme en organización y en presión de carácter social, en resistencia, inclusive donde la resistencia física más grandes sin duda se dio entre la gente del Casco de Santo Tomás, del Instituto Politécnico Nacional, y de la Unidad Profesional Zacatenco, y en la zona de la Normal en San Cosme, el desgaste fue brutal. ¿por qué razón en l Politécnico?, porque los jóvenes del Politécnico venían de una situación más precaria que los universitarios, y los universitarios finalmente tenían la enorme posibilidad de que muchos maestros de alto nivel en la propia Universidad, estaban ligados a la estructura política del país y ellos establecieron los puentes de negociación. Los del Politécnico y la Normal no teníamos puentes de negociación. La gente del Politécnico y la Normal solamente resistían los embates de la represión. En estos términos tenemos que valorar las dos visiones que se tienen: la visión universitaria y la visión politécnica”
LIBRO: LAS VOCES DEL SILENCIO POLITÉCNICO .
De Sócrates A. Campos Lemus y José García Sánchez.
Sin duda, al paso de los años, me he convencido de que: “El tiempo es la madre de la verdad”, efectivamente por años se han enconchado aquellos que he llamado siempre los “beneficiarios del 68 o los vividores del 68”, muchos de ellos, no vivieron ese tiempo o solamente en partes y en condiciones que les permitieron mostrarse un poco con los traseros para al final de cuentas decir que eran los “dirigentes” y tan es así lo que afirmo que ninguno de nosotros, miembros del CNH, decíamos que éramos dirigentes, sino que solamente éramos representantes de la Asamblea General de nuestra escuela, primero, al Comité de Lucha, y después, al Consejo Nacional de Huelga, otros pues solo lo vieron de lejitos y de oídas pero no de verdad, así se fueron conformando los grupos que demandaban la “paternidad del muchito” pero no hicieron nada para que naciera y menos para que creciera, solamente fueron testigos del aborto y se benefician de sus despojos, y ejemplos, pues hay muchos en los puestos que han alcanzado, algunos, hasta gobernadores, y otros, ocultos aún en los faldones del poder.
Lo curioso es que en todas sus “versiones” no se encuentran las razones por las que nos emboscaron en Tlatelolco ni las razones del por qué perdimos, cuando en el poder se disputaron la presidencia de la república en forma adelantada y la intervención de los agentes de la CIA incrustados en el mismo gobierno de Díaz Ordaz, en el Estado Mayor Presidencial y en el manejo y operación de las policías políticas, tan es así que a pesar de los “acuerdos” a los que llegaron los “negociadores” con los representantes del presidente en casa del Rector, no solo no se cumplieron sino que sirvieron para que se nos emboscara y se detuviera a el grueso de los representantes y con ellos, empezar la labor de la división y de las culpas entre unos y otros para así ocultar la verdadera mano asesina que nos mató a todos, por ello, incluso, se dieron instrucciones en generar libros como el Móndrigo y otros que se publicaron posteriormente con los apoyos y manejo de los Agentes de la CIA y del gobierno mexicano, patrocinados, en aquellas épocas y distribuidos en forma generosa ya que tenían el sello oficial a pesar de que vivíamos en los tiempos de la represión total.
Al paso de los años supimos lo que era la realidad, la traición y la brutal represión era parte de la estrategia norteamericana ligada con el gobierno de Díaz Ordaz y de parte de su gabinete que eran parte de los agentes Litempo que servían a los gringos con el objetivo real de lograr establecer, en los tiempos de la “guerra Fría”, el golpe militar en México que evitara el avance de muchos de los gobierno latinoamericanos de avanzada que posteriormente fueron liquidados con los golpes de estado más violentos que conocimos en aquellos tiempos. Por ello, los farsantes que se han dedicado a desviar la atención de la realidad, ocultan las acciones del EMP, del Presidente Díaz Ordaz, del secretario de la presidencia, del general y licenciado Corona del Rosal, de Luis Echeverría y de todos aquellos que ligados a la CIA, buscaron, desesperadamente, con el pretexto de la misma represión en Tlatelolco, culpar a los jóvenes de esa masacre cuando ahora sabemos cómo iniciaron la agresión a los mismos soldados, los policías y militares encargados por sus jefes con el acuerdo presidencial, de tal forma que, en departamentos pertenecientes a familiares de Echeverría en Tlatelolco, se ocultaron miembros del EMP que iniciaron los disparos con el apoyo de los miembros del Batallón Olimpia que eran comandados por el capital Yáñez, el famoso Junior, que posteriormente sería jefe de las escoltas de Echeverría.
Poco se quiere hablar del tema de la propuesta del embajador norteamericano al general García Barragán para dar el “golpe militar” a Díaz Ordaz, totalmente pactado entre el presidente y los gringos y pocos entendieron que García Barragán, tenía un historial nacionalista y de liga real con el general Lázaro Cárdenas ya que, incluso, su nombramiento en la defensa nacional era su propuesta y por tal motivo no aceptó esa acción criminal en contra del país, abortando todo el complejo tramado que realizaron los agentes de la CIA y sus esbirros incrustados en el gobierno mexicano, por ello, nos atrevimos a señalar que, curiosamente, el CIVILISMO DEL PAÍS, se salvó gracias al patriotismo y lealtad de un militar mexicano que entendió que no podía ser parte de ese complot orquestado por los entreguistas mexicanos incrustados en el poder, por todo esto y más, los invitamos a leer el libro: LAS VOCES DEL SILENCIO POLITÉCNICO y, para adquirirlo, les rogamos dirigirse al correo: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it., y la razón es que tampoco lo dejan distribuir en las librerías que son controladas por los grandes empresarios…