EN REALIDAD, CUANDO SE MUESTRAN ALGUNOS DATOS SOBRE LAS MATANZAS EN MÉXICO, PENSAMOS QUE SON
DATOS IGUALES O SUPERIORES A LOS PAÍSES EN GUERRA, EN CONFLICTOS INTERNOS ÉTNICO-RELIGIOSOS O POLÍTICOS, el caso es que más de trescientos mil asesinados, más de 50 mil desaparecidos, los miles de huérfanos, niños de la guerra, gente en conflicto armados por los grupos beligerantes en contra de los ciudadanos y del gobierno, los miles de viudos y encarcelados, los miles de desplazados, los miles de mutilados y ofendidos nos deben hacer pensar que ya no importa quién generó la Guerra, y claro, habría que llevarlo al juicio popular, pero lo grave es que desatados los conflictos armados y soltadas las amarras que anteriormente controlaban a los grupos paramilitares y a sus jefes mafiosos de todo tipo y cuando los políticos en vez de atender el asunto para evitarse conflictos y problemas y ganar mucho dinero sin control se aliaron o protegieron las actividades y dieron la impunidad, el problema se complicó, y lo grave es que todos hablamos pero poco hacemos para obligar a los agentes de la policía y al gobierno y los políticos a que atiendan seriamente este asunto que sigue impactando la misma gobernabilidad y la seguridad nacional, estaríamos a punto de perder gobernabilidad, confianza y seguridad por actos que a todos nos afectan y golpean, espantan y horrorizan.
Esos mismos impactos mayores de los grupos mafiosos, desataron los amarres de los rateros, asesinos, traficantes de medio pelo, secuestradores, extorsionadores, padrotes, banqueros, funcionarios, policías, empresarios para que de una u otra forma, también, generaran sus zonas de control y comenzaron a disputar con el estado las formas de poder: cobrando piso, extorsionando, imponiendo sus reglas y reglamentos que se deben aplicar o uno se muere, cuando obligan a votar por sus gentes e imponen políticos en el poder y a funcionarios a modo de sus actividades, pues la gente común y corriente, desorganizada y desinformada, aterrorizada y temerosa de lo que pase a su familia, se doblega y ya no hace nada, la ley del silencio se impone y nadie comenta ni nadie denuncia ni nadie habla sobre el tema, se respeta más a los mafiosos que a las autoridades que, supuestamente elegimos, y en donde muchos ya desconfiamos de ellos porque de algún modo sabemos que tienen contacto con esos mafiosos y matones y con ellos nos espantan y controlan a pesar de que el presidente nos habla de que ya no hay corruptelas ni componendas, y le creemos que en los altos niveles, pero abajo, donde estamos los jodidos y las gentes que sufrimos robos, extorsiones, asesinatos, secuestros, violencia en las calles y casas, sabemos que sí existen y se mantienen esas relaciones mafiosas con muchos de los políticos, funcionarios, policías, militares, empresarios, banqueros en todo el país con los grupos que ahora les controlan y a los que sirven por convicción o por miedo, y esto es lo que en realidad sucede y no atendemos porque el presidente a lo mejor, tiene sus razones, impone la política de abrazos y no balazos, y el caso es que con ello aumentan las presiones internacionales de los Estados Unidos y se obligará, por la realidad, a tener que adoptar una política de control o de acción que lleve como objetivo meter al orden este desmadre que afecta la seguridad, las propiedades y las vidas de los mexicanos.
Parece mentira, pero cuando se trata el asunto entre los grupos políticos, lo único que vemos son los ataques despiadados para denostar a los que ahora se encuentran en el poder o en contra de los que ayer estaban con la esperanza de que con esa fuerza y vitalidad de la confrontación logren desplazar a los que ahora están en el poder, no para resolver el problema, sino para el quitarte tú para ponerme yo, y así, los únicos que sufrimos y tenemos que afrontar la calle en su inseguridad y llegar nuestras casas y aislarnos y buscar las formas de asegurarnos, y nos aislamos de los demás y no participamos ni hablamos y nos convertimos por nuestros miedos en los cómplices silenciosos de los mismos matones y mafiosos a los que tememos y dejamos que los políticos sigan en sus juegos y no en ponerse a ver cómo resuelven un conflicto que no es de un grupo en el poder, sino el de todos, seamos o no simpatizantes de los que ahora gobiernan.
El asunto es que a nivel nacional no hay acuerdos ni se toman los tiempos para buscar soluciones y ver experiencias que sirvan a todos y si en el centro no hay acuerdos ni conciliaciones, pues en los estados y municipios donde las pasiones y la visceralidad y los odios están a flor de piel pues menos se buscan para atender conflictos sino que, al contrario, buscan a los malosos para pactar con ellos y usarlos, al principio ,para ser, al final, sus gatos en contra de los actuales enemigos que no contrincantes, porque el presidente a lo mejor debería entender que en los pueblos chicos los escándalos y los odios son para siempre y afectan seguridad y familias de todos, los chismes son para imponer actos de venganza y en el país surgen más odios y mayores venganzas usando los servicios de los grupos de malandros y, eso, es al inicio, después, son los mafiosos los que teniendo la información y las armas imponen sus condiciones y obligan a los políticos, empresarios policías, militares de la zona, grupos, funcionarios a servirles y los usan y les imponen condiciones y acciones por medio de las armas y el horror y el terror, así se han agrupado en regiones enteras y cada día avanzan más en la imposición política y en los narco negocios y los grupos narco políticos, por ello, pueden actuar incluso grupos extranjero en operaciones financieras por medio de préstamos y presiones y asesinatos como en el gota a gota, protegidos ahora por los grupos mafiosos o por los políticos que controlan los mafiosos, hasta que veamos que, esos grupos extranjeros, se van apropiando de zonas, y pronto, del país, y entonces sí, la guerra y la violencia… si no usamos lo de hoy, para garantizar el mañana…