ES CURIOSO, pero muchos estudios de los centros de investigación y de los
cuerpos de seguridad indican que el aumento de las acciones de la delincuencia organizada y en especial los grupos del narcotráfico aumentarán su área de influencia y consolidarán muchos espacios para controlar sus mercados además de tener mayor influencia en las operaciones económicas gracias a que, con el conflicto y el quiebre de muchas empresas y la desesperación de muchos empresarios, podrán influir en ellos para que pueden ser sujetos de crédito y de financiamiento con el compromiso de lavar los activos de los grupos, por ejemplo, en las zonas de comercio de mayoreo de alimentos y artículos de primera necesidad se ve el aumento de los financiamientos de los grupos como el colombiano de Gota a Gota que ya controla muchos centros de abasto en el país y muchos mercados, además de proporcionar en el sector inmobiliario grandes inversiones para compra de terrenos o de construcción en una época donde los bancos no tienen las líneas de crédito disponibles para esos rublos y en ese manejo se están infiltrando en los grupos sociales y políticos de muchas comunidades con el fin de fortalecer a los grupos políticos y darles financiamiento particular para impulsar a gentes importantes o bien, para fortalecer a los grupos que puedan competir en los proceso electorales con el fin de tener un amplio frente político que les permita operar con mayor impunidad y fortaleza. Y si todo esto se conoce, se analiza y se sabe, no podemos entender que todo quede en los estudios y no en las investigaciones de campo, poniendo como pretexto de que no cuentan con los elementos adecuados ni financieros para hacer esas tareas y así, nuestros operadores en seguridad, solamente actúan en flagrancia o bien a “toro pasado” y seguimos en las mismas y peores condiciones que seguramente debería investigar el presidente, antes de que todo el engrudo se le haga bolas.
En la capital siguen los enfrentamientos entre los grupos que se disputan los “territorios” de venta y control del tráfico de drogas, se operan ahora con mayor facilidad por medio de los pedidos y surtidos telefónicos amparados y protegidos por los grupos de entrega de alimentos o artículos a domicilio, dejando, por el momento, la operación de una gran cantidad de “tienditas”. Estos grupos como se ha visto siguen operando y son tan cínicos que incluso algunos de los jefes ofrecían préstamos a los comerciantes y gentes de la zona de Tepito o de otros puntos, el asunto es que por la necesidad de muchos comerciantes callejeros han tenido que caer en esos préstamos, y ahora, seguramente, la red de distribución será mucho mayor para sus drogas, armas, manejo de prostitución, secuestros y robos, y así las cosas se van complicando porque además, en el sector público se reducen los recursos para la operación de las policías, de tal suerte que en muchos estados y sitios, los policías, no cuentan siquiera con armas adecuadas ni tienen vehículos de protección ni siquiera cuentan con los recursos para gasolina o medios de comunicación, teniendo que operar con sus teléfonos celulares en las zonas donde hay señal.
En los lugares de marginados, en las zonas de pobreza en las ciudades se ve como aumentan los grupitos afiliados a las pandillas y estos son los que ahora operan todo el sistema de distribución y de protección para el tráfico de drogas, armas, prostitución, robos, cobros de piso y préstamos callejeros y de comercios, y ellos mismos tienen el manejo real de la circulación de las zonas porque mantienen el control absoluto, conociendo quiénes son los que habitan en la zona, de dónde vienen sus ingresos, de cómo se mueven en sus empleos o de cómo reciben ayudas de los programas oficiales para los grupos marginados, de tal suerte que en muchos sitios cobran piso a los viejitos y los estudiantes o madres solteras cada vez que reciben los apoyos gubernamentales, por esos canales administran también los cobros y préstamos de gota a gota y pueden adquir, en “forma “legal”, muchos predios y negocios de las gentes que ya no pueden pagar, y para conservar su vida mejor entregan sus propiedades.
En esas zonas marginadas uno de los negocios mayores son los tianguis y estos se controlan por parte de algunos grupos de la delincuencia organizada que son los que distribuyen las cosas robadas, los materiales clonados y mercancías de ese tipo, la ropa usada y los equipos usados de o para la industria o los pequeños talleres y negocios de la zona, por esa razón, no hay forma de que no tengan el control absoluto en esas partes, y la policía no tiene ni el conocimiento ni la capacidad para mantener una adecuada seguridad que garantice la vida y las propiedades de todos esos grupos de víctimas reales de la delincuencia organizada.
Es tal el nivel de control real de los grupos que las policías y los administradores de las delegaciones o pueblos no tienen capacidad de contrarrestar los efectos de esos grupos, por ello, cuando se habla de que se instrumentarán campañas de “prevención” la gente ríe, porque todos saben los daños que causan las drogas, la viven diariamente y lo han visto en los daños físicos de los consumidores o viciosos, saben perfectamente, en esas zonas, los daños que se sufren con los cobros de piso, con el tráfico de armas, con el manejo de la prostitución, con el venta de robado y distribución de contrabando y de ropa usada o artículos clonados y todos esos rublos que se comercializan en los tianguis, son controlados por los grupos de la delincuencia que andan con sus gentes cobrando el piso o las cuotas o vendiendo y controlando lo que se comercializa, expandiendo su negocio y control y ni quién pueda darles protección a todas esas gentes, así que la “prevención” de nada sirve más que en los actos publicitarios, porque la realidad es tan brutal que los tiene atrapados y sin salida…