Conversé con Margarita Zavala, no en privado, la plática será transmitida por canal 34 de TV este próximo jueves a las 10 de la noches. Y empleó un término concreto, vivimos en un colapso de partidos. Coincidimos que en el proceso inédito
de cambio en el 2000 cuando ganó Fox, mucho se hablaba de la necesidad de un bipartidismo en Mexico, el PAN y el PRI. Por supuesto el PRD saltó, la izquierda quería participar, antagónica, revoltosa, contestataria. Y más tarde colarían otros, colgados de los demás, pero con registro y ojo, con financiamiento. Partidos como el PT el Verde o el Naranja, acomodándose no al país sino a sus intereses. Apoyando al que fuera aunque seis años después estarían con el apostador contrario en ideología. Y el aparato fue creciendo, y el presupuesto para ellos multiplicándose, y la democraia atomizándose, y el elector harto. Llega el 2018 y la abrasadora presencia de un partido, más no personajes, nuevo. Vota la muchedumbre y convierten al ejercicio electoral de colectivo a masivo. Y se nota más el poder unipersonal, pero los errores profundos, con consecuencias económicas que a quien más pega es a ello, los pobres. Decisiones de blanco y negro. Sin definición pero con venganza disfrazada de “ mafia del poder”. Y meses después de Margarita, Felipe renuncia al PAN. Y viene la propuesta, crear un nuevo partido político que enfrente a la “camarilla” blanquiazul y al moreno soberbia. Hay, como me dijo Margarita, esperanza, incertidumbre y temor. Pero mientas, mientras, una marcha, la segunda en la biografía de amlo, en donde miles le piden congruencia, freno a la violencia y hoy por hoy, no convertir al país, en una Venezuela con patos ( los de Texcoco) contentos.