Pensé era broma, una equivocación, un rumor. Verifiqué, comprobé y me
sorprendí. Lo oí, lo vi al pie de una pirámide acompañando por su esposa cómo el Presidente informó del envío de dos documentos, uno a la monarquia española; el otro al Vaticano, uno al Rey, otro al Papa. El, el tabasqueño y su gente en relaciones exteriores, hablan de genocidio y piden aclaraciones y disculpas a 498 años. Simplemente increíble y por decir lo menos, que vergüenza!. La Casa Real respondió de forma diplomática, puntual, sería, cortés y con estatura. Pone las cosas en su lugar. “La llegada, hace quinientos años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas”. Se le olvida al mandatario que con los carabelas españolas llegó la imprenta, la Real y Pontificia Universidad de Mexico, la fé y religión, el acero, la ciencia, la arquitectura...Pide López Obrador reconciliación y nos deja en ridículo y se sabe que la idea fue de ella, de Beatriz Gutiérrez Müller quien además de esposa del Ejecutivo, es coordinadora del Consejo Asesor Honorario de la iniciativa de Memoria Histórica y Cultural de México. Y preguntamos, cuáles fueron los canales diplomáticos empleados para hacer llegar la correspondencia? Fue a través de las embajadas? Dónde està Marcelo Ebrard? Y mire que no vaya a saltar alguno expresando que extrañamos a Luis Videgaray. Por qué hay tanto empeño por llevar el despeñadero, al acantilado la reputación de nuestro país. Reiteró, que vergüenza. Que manera de dilapidar la entereza de los mexicanos. Que amargura y rencor ya no sólo social sino histórico.