Hace unos días, el Gobierno Federal planteó la posibilidad de desaparecer al
Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (INIFED), en una determinación absurda y muy cuestionada. El INIFED es la institución que se encarga de construir y normar la edificación de planteles educativos y entregar el dinero de forma directa a las comunidades escolares para que construyan, remodelen o reparen sus escuelas. Este último punto es importante, muy importante, porque en los últimos meses hay un objetivo muy específico, recuperar, con la máxima seguridad y protocolos de protección civil, los inmuebles dañados por los sismos en entidades como Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Hoy con esta ocurrencia de ir eliminando instituciones, los alumnos, maestros y trabajadores de cuando menos 45 mil 168 escuelas de nivel primaria, secundaria y preescolar de todo el pais están expuestos a riesgos de salud evitables por acudir a planteles que operan con daños estructurales o que fueron construidos sin apego a la ley. Las escuelas que se encuentran con mayor propensión a “agentes destructivos” como fenómenos naturales aparecen en un listado de prioridades para atender con órdenes precisas y certeras de su director Jorge Jimenez. El INIFED presenta trabajos dignos desde hace dos sexenios regulando con decoro escuelas seguras con espacios limpios como las cocineras, los sanitarios, las propias aulas y los espacios verdes. Además se les están dotando de agua pura a través de bebederos para la salud de los niños. Y todo esto puede estar en riesgo por la determinación del Presidente López Obrador. Ingenieros y arquitectos todavía presentan hoy la suficiente competencia profesional para asegurar que las escuelas tentaban los elementos esenciales para operar, no así sucediera con esta especie de comités que pretende orquestar el gobierno en donde se notaria de inmediato la ausencia de experiencia y la probable irresponsabilidad en la toma de decisiones que podrían representar una tragedia. Nada más para darnos una idea, en el sismo del 2017, cerca de 20 mil escuelas de 11 entidades tuvieron serias afectaciones y el claro ejemplo de un acto criminal y de descuido, por corrupción y falta de vigilancia, fue el Colegio Rebsamen que se vino abajo ocasionando la muerte de 26 personas. Ahí queda el testimonio y ojalá este no se repita en lo,sucesivo por la puntada de andar desapareciendo instituciones.