Dicen, aseguran los dogmáticos que la historia la escriben sólo los triunfadores. Miguel Leon Portilla desmintió. Contó los eventos desde la otra barandilla: La
visión de los vencidos, un relato diseñado desde aquellos que fueron abatidos, conquistados, humillados. Una crónica diferente que únicamente a un creador como Portilla se le pudo ocurrir: colocarse del lado en donde los perdigones mataban. Y escribo con firmeza eso de “perdigón” porque eran las balas empleadas para la caza menor y así fue como los aventurados españoles consideraban a nuestros indios que si no morían en batalla, los arrojaban a piras para inmolarlos vivos. Filósofo e historiador mexicano, de esos universitarios que superan fronteras y se convierten en universales como Rubén Bonifaz Nuño. Miguel Leon Portilla sacudió al mundo de la investigación y la docencia. Merecedor de la medalla Belisario Domínguez y Miembro del Colegio Nacional. Contribuyó a establecer la educación bilingüe rural en Mexico. Amable, dispuesto, generoso, se cubrió con la bandera de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico poco después de su muerte y para ser sincero el homenaje debió ser mayor, mucho mayor. Este tipo de mexicanos son los que nos dan solidez, identidad y futuro. Conocen su potencial pero saben entenderse con la colectividad en diferentes lenguajes, todos arropados por la cultura y la decencia. No usó como fórmula el lenguaje ruin, ni buscaba fama hiriendo a los demás con arrogancia. Nunca fue engreído ni necesito ofender a la mujer para sentirse superior. Miguel Leon Portilla recibió muchos reconocimientos y premios, pero el mejor, ganarse un sitio de honor en la memoria nacional y eso no se da en medallas ni pergaminos. México queda en deuda en él y más hoy que las autoridades han degradado los valores, han subestimado a la población y han engañado y burlado a los pobres. Muchas veces discutí esos temas con otros grandes : Ignacio Burgos Orihuela y Andrés Serra Rojas. En esas figuras està el entendernos antropológica, social y psicológicamente. Ellos se estudiaron así mismos para más tarde regar sus conocimientos. Miguel Leon Portilla falleció a los 93 años de edad con dos amantes: su Patria y su Universidad.