Lo vuelvo a suscribir, el presidente no està para cuidar la moral pública, sino para proteger y estimular la legalidad. No lo digo
yo, lo marca la constitución que juramentó. Ahora nos pide no “linchar” a un presunto ratero: el embajador de Mexico en Argentina. Casualmente su incondicional Claudia Sheinbaum uso el mismo término para defender a Karen, esta mujer que despertó todas las alertas sociales y de gobierno por un supuesto secuestro mientras se divertía al interior de un antro. No la linchen mediaticamente fue la expresión usada por las autoridades de la CDMX incluyendo a la procuradora. Pues de que lado están? Vamos hasta para celebrar el día internacional contra la corrupción sientan junto al Ejecutivo Federal a Manuel Bartlet. ¿Qué pasa con el gobierno? Propone amnistía a delincuentes, deja libre a Ovidio, protege y da asilo a un tirano como Evo Morales y ahora, después de 18 años de criticar, atacar y ofender al mafia en el poder por corruptos, nos pide ser permisivos con el diplomático “porque todos cometemos errores”. Pues debe saber el presidente que nuestra fama pública ha ido en picada en el mundo desde que entró la Cuarta Transformación. Como nunca se han desatado burlas públicas a la figura presidencial mexicana en programas de comediantes y cómicos en el extranjero. Y no son únicamente las duras críticas ante nuestra ausencia como nación en foros internacionales, sino las ocurrencias del tabasqueño salpicadas de frases trilladas y de poca monta: “ abrazos no balazos”, “mi corazón no es bodega”, “lo que diga mi dedito” y otras tantas disonancias verbales que nos colocan muy mal parados. El tabasqueño presume el crecimiento de las remesas cuando es una vergüenza que nuestra economía esté estancada pero recibamos los sobrantes de aquellos compatriotas que expulsamos de casa por no darles los mínimos satisfactores. Mexico hoy está reprobado en economía, en confianza de los inversionistas, en educación, en estabilidad. Vamos para abajo en turismo y la delincuencia nos asfixia en todo rincón del país. Su salida de “vamos requetebién” y “somos feliz, feliz” no encaja con un gobernante cuerdo que se empañaria por hacer crecer la dignidad nacional. Dejar que humillen al Ejército, pretender desaparecer a las Fuerzas Armadas y entretener a la población podré con festivales callejeros (amlofest), es valorar la categoría social a una mínima expresión. Hasta el momento ningún detenido por propiciar destrozaos a monumentos nacionales. Nadie en la carcel por intentar en dos ocasiones incendiar rectoría en la UNAM. Y una interrogante de primer orden. Un personaje como Alejandro Gertz por qué acepta esas condiciones? Una ex ministra como Olga Sanchez Cordero por qué pierde la línea ética en su vida pública?. Pero primero hay que darles la voz a los Solalinde, a los Taibos, a los Sheinbaum, a los Noroña, a los Monreal, porque pedirle expresiones a Bartlet ya es mucho, sólo contesta “Chuchu, chuchu” . Entonces recapituló y vuelvo a preguntar: de qué lado están?