Este domingo, en el estadio olímpico de Ciudad Universitaria, se vivió un momento único que merece el comentario. Se
desarrollaba un buen partido entre los Pumas y los Tuzos. Los del Pedregal decidieron experimentar en su primer partido del Torneo de Clausura dando oportunidad a los “canteranos”. Saucedo el recién refuerzo del club azul y oro ofreció armonía al equipo y anotó su tanto. Luego ingresó un nuevo elemento de tan solo 19 años de edad, Marcó Garcia. Corría el minuto 69 y la afición regaló un sonoro aplauso al debutante. Marco agradeció con mucha energía, de esa que sólo muestran aquellos que persisten en el éxito. Este joven ha jugado en Pumas desde el 2013 con la sub 13, continúo en las categorías 15, 17 y 20 y se ganó el sitio para ingresar a la Liga MX y aparecer con el primer equipo. A este joven la bastaron dos movimientos en el primer minuto de su debut. Primero “robó” limpiamente el balón y en su segundo toque metió gol doblando al arquero Rodrigo Rey. Este jovencito, así, en 60 segundos fue capaz de darle la victoria a su equipo y demostrar al público que la tenacidad tiene su premio. Evidentemente el estadio se le entregó al igual que sus sorprendidos compañeros de equipo. Marco Garcia hizo lo impensable pero demostró que sí se puede. Desde su ingreso se le veía entregado, concentrado y con muchísima energía. Intentaba estar y apoyar en cada jugada. Me recordó la dinámica de Hugo Sanchez o de Andrés Guardado, del “Chicharito” y quizá en algún momento de los hermanos Dos Santos. Ahora Marco deberá comprobar que lo logrado hoy no fue un chispazo de suerte, sino un ejemplo de compromiso y pundonor y que de continuar así, pronto podríamos verlo entre los candidatos a portar la verde y entonces no dejarse marear por los contratos comerciales o el desenfado que promete sentirse superior a los demás. Mientras tanto bien ganando el gooooya dominical. Necesitamos más Marco Garcia en el deporte.