De vivir tendría 70 años este 10 de febrero, ya habría acabado su gestión presidencial de
haber obtenido la preferencia electoral. De vivir no se habría partido el país como ocurrió. El PRI sería otro, las políticas públicas diferentes. Se hubiera registrado un momento distinto para la democracia. Y estas no son especulaciones, era lo previsible. Lo demás son adivinanzas. No sabemos si la nación se fortalecería o no, si la oposición se debilitaría, si ganaríamos terreno en el marco internacional, si personajes como Camacho Solis y Ebrard terminarían como inicio en la ruina política. Si se cumpliría un compromiso de permanencia del grupo Salinas. No sabemos cúal sería la estrategia de seguridad nacional. Es más, sería el primer presidente viudo en ejercicio del poder. Sabemos que era un hombre de instituciones, firme y de reacciones rápidas. Se pronunciaba sin rodeos, era fácil con las damas y enérgico, muy enérgico con sus subalternos. Que hubo conspiración, seguro que si. Que se permitió una abierta desestabilización en su campaña electoral, eso fue contundente. Que la política y los políticos jugaron a medir fuerzas entre el PRI, el EZLN, Camacho Solís, Mitterrand, Samuel Ruiz, Cordoba Montoya y Zedillo, fue la peor broma y descaro del gobierno en turno, quizá su debilidad. Que la familia Salinas mermaba la confianza nacional entre Raúl, Adriana, Maria Bernal, Bartlett, Las Mendocinas, el 10 “porcent man”, Chapa Bezanilla, Manlio, Mario y José Francisco Ruiz Massieu, “los demonios andan sueltos”, Amado Carrillo Fuentes, los hermanos Arellano Félix y Antonio Lozano Gracia, entre otros. Que hubo un séptimo pasajero, dos balazos, dos tiradores...que el busto del sonorense en Paseo de la Reforma era condecorado por cientos de flores a su aniversario, hoy está al abandono. Que pocos desean recordar el histórico discurso en el Monumento a la Revolución, pero muchos más lo usan de referente y parteaguas en la ideología partidista. En fin, que todo aún está salpicado de dudas, de sospechas y sospechosos. Que se niegan a aceptar un crimen de Estado. Que el “Caballero Aguila”, Mario Aburto fue sembrado. Pasan los años y lo cierto es que alguien tuvo razón al asegurar, la bala que mató a Colosio, hirió de gravedad a México. 70 años hoy tendría Luis Donaldo de vivir.