Dice, cree, amlo que le gustaría levantar la cuarentena el 10 de Mayo, zas! , muy significativo pero hasta ahí,
lo tomaremos como una puntada, otra más de ese humor negro e hiriente. Pero está siendo muy común una pregunta en todo el mundo, qué sigue luego de la pandemia, dónde se marcará la diferencia y he escuchado dos posiciones, por supuesto las dos antagónicas. Una, la de la madurez, la sensatez y la sobrevivencia, es decir, buscar más la unión familiar, el respeto al medio circundante, estructurar mejores protocolos en caso de emergencia, más disciplina social y política, aprovechar mejor los tiempos, aprender a no tener que ir a la oficina sino operar más y mejor la tecnología, consolidar amistades, afianzar cariños, ser más respetuosos con el prójimo, incentivas recursos para la ciencia y la investigación, escoger gobiernos más preparados, tener esquemas de contingencia, conocer más a la fuerzas armadas en sus programas de auxilio, lograr mejores equilibrios socio/económicos, en fin un cúmulo de importantes ideas y sentimientos que despegan desde los jóvenes hoy inquietos ante la vulnerabilidad humana. El otro aspecto, el otro grupo, el que siente que nada cambio, que fue una eventualidad como las pestes, la influenza, los huracanes, los sismos, es decir, tropiezos que la humanidad ha salvado y que han permitido los acuestes necesarios para cambiar sin cambiar. Son quienes piensan que el, IMER o de fallecidos es muy menor ante la gráfica poblacional, son quienes comparan la muerte por Coronavirus con la gripe o el sarampión, son aquellos que urgen por salir, socializar, gastar, viajar. Quienes no tendrán otro comportamiento que estacionarse en doble fila para recoger a los niños de los centros escolares, en fin, aquellos que ya quieren escuchar el disparo de salida para correr a las calles. Y entonces nos preguntamos otra vez, ¿qué sigue? ¿Cuál será la diferencia? Usted que ha pensado?