EXFUNCIONARIOS

Fue este domingo cuando a mediodía un grupo de entusiastas con amplia experiencia se mostraron ante la opinión pública para abrir un necesario camino

 hacia la integración social ahora que vivimos etapas inéditas de estancamiento económico, violencia generalizada y aislamiento social con todas sus implicaciones. Un importante grupo de Exservidores Públicos por la Unidad de México, convocaron a cientos de personas a sumarse a la tarea de proponer y construir, sumar iniciativas y estrategias para combatir la angustia, el stress, incluso la violencia que dispara el confinamiento durante las restricciones sanitarias por la pandemia. Pero este empuje no es producto de improvisados, son mexicanos probados en diferentes áreas de la administración pública que desean enganchar sus biografías a la aplicación de políticas públicas sensatas, operativas y de resultado. No tratan de arrebatar ni desplazar, sino de integrar y multiplicar. Hace unas semanas meditaba junto con usted el extraño fenómeno de la pasividad ante la pandemia. Estamos reaccionando (y tardíamente) y no innovando o accionado. Le trasmitía a usted mi inquietud acerca de que ni Educación Pública ni Turismo, ahora que los jóvenes están aislados, han formulado concursos para promover la imagen de México para cuando se de el banderazo a las actividades turísticas. No vemos, cuando las calles están vacías, nuevo equipamiento, reubicación de paraderos de transporte, bacheo, señalamientos. No se está proponiendo cumplir con las verificaciones de autos partir de cero cuando termine el ciclo de paralización burocrática. En fin, no hay promociones sociales que alienten al mejoramiento de la dinámica cotidiana. Pero ahora estos ex servidores públicos llaman a crear músculo social, no a criticar las buenas o malas disposiciones del gobierno, sino a dar aliento a nuevos y nacientes planes que nos reinventen a todos, encontrándonos nuevamente con la buena vecindad, con la generosidad social, con el mejor equilibrio ambiental, la disposición de auxiliar a los vulnerables, administrar nuestras compras de alimentos, cambiar nuestros hábitos de movilidad y laborales. Benjamin González Roaro, Carlos OlmosT., Pedro Vázquez Colmenares, Jorge Gaviño Ambriz, Víctor Sanchez, Gilberto Ramírez, Gabriela Vázquez, Rosalba Morales, Perla Diaz y otros tantos, hoy dedican su energía no detràs de un escritorio en el gobierno, sino dando la cara y el pecho en la comunidad misma. Son médicos, ingenieros, arquitectos, comunicólogos, urbanistas, psicólogos,pedagogos, abogados, en fin todo el abanico profesional enfocado a la cultura del servicio en beneficio del país. No pretenden protagonismo, ni facturas políticas, menos remuneraciones innecesarias. El propósito es México y los mexicanos, es encontrar rumbo y destino, es alcanzar metas y diagnosticar soluciones. Es francamente motivador contagiarse de su entusiasmo y vigor. Estas son las buenas noticias que necesitamos, que nos urgen. En esto no habrá ni etiquetas ni listones, pero las medallas de triunfadores serán repartidas a cada uno que aporte y contribuya a la recuperación nacional. Suena más que interesante. Debemos acabar con el circo de las denostaciones y descalificaciones absurdas. Cada quien puede aportar, todos tenemos un talento a desarrollar. Aquí no debe haber ausencias sino presencias. Es momento de ganar espacios como lo está logrando la UNAM o la Academia Mexicana de Educación o la Legión de Honor o la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión u organizaciones como el Centro Asturiano y el Club Libanés o agrupaciones vecinales como Jardines del Pedregal o San Ángel o instituciones respetables como aquellos que luchan por salvar vidas en enfermos en fase terminal o empresas con Datti o Black Media Films integradas por jóvenes emprendedores que son clara muestra del chispazo de las nuevas generaciones que apuestan por México. Aquí debemos sumarnos los medios de comunicación para emprender nuevos códigos de entendimiento y contenidos que nos eduquen a la excelencia. La tarea no es sencilla pero mientras más seamos, más ganamos y con mejor facilidad. Bien dicho por Benjamin González Roaro, en los peores momentos de la historia la unidad nos ha dado ventajas. Y lo que hoy en día registramos es una prueba más.