DISPAROS

Desde candidato, durante su campaña de años y luego protestando como presidente, amlo prometió no usar a la fuerza pública contra la población, le llama “pueblo sabio”. Ya van dos eventos ilustrativos de lo contrario, uno,

  el envío de la Guardia Nacional para someter a los flujos migratorios en el sureste mexicano, y dos, la convulsion registrada en Chihuahua que concluyó con la muerte, por lo pronto, de una mujer que deja en la orfandad a cinco niños. Los impactos fueron en la espalda de la víctima, así de cobarde fue el resultado. Y esto, dirían en mi colonia, apenas empieza. La radicalización que ha provocado el Ejecutivo está orillando a diferentes grupos sociales a intentar enfrentamientos callejeros que aún desconocemos en su dimensión e impacto. Nada de esto nos beneficia. La tibia respuesta del gobierno federal ante los hechos en Chihuahua ha promovido mucho enfado y el severo reclamo de dos exgobernadores y el actual mandatario estatal. No se ha escuchado a las partes, no se ha dialogado, no se ha negociado, se determinó la imposición baja las órdenes de activar a los uniformados y eso, eso, es peligrosísimo. Hay muchos acontecimientos detenidos, sin respuesta en varias entidades. En Guerrero, en Chiapas, en Veracruz, en Tamaulipas, en fin, en todo el territorio nacional se presentan exclamaciones de inconformidad empezando por la alta delincuencia y ahora por la pandemia. Se suman otros aspectos domésticos que frenan la dinámica social. La crisis económica puede despertar a la bestia ya inquieta en varios hogares cargados de desempleo. Es una situación difícil pero la respuesta de primer impacto de la presidencia es vender chachitos para una rifa insultante. La primer respuesta a una pandemia fueron estampitas y ofrecimiento de abrazos. Hoy es notorio que el presidente confunde cifras, hechos históricos, planes y programas y eso alerta al país ante la incertidumbre de la pérdida de rumbo. Las balas cruzadas de los crimínales o de los soldados contra una sociedad abandonada en su defensa puede cerrar ciclos denigrantes. Debemos decirlo en serio y fuerte, se ha perdido la congruencia en un equipo de trabajo que se llama gabinete. Unos jalan para acá, los otros ni siquiera lo hacen. Miles de muertos, casi 70 mil, por una enfermedad, el coronavirus, que compite con niños en fase terminal. Ambos no reciben medicamentos, tratamientos, protocolos, cortesías y atención elementales, pero se piensa en béisbol o en trenes turísticos. Esa es la realidad. Necesitamos un estadista que de un manotazo en favor de la patria no tratando de imponernos imágenes caprichosas en lugar del Escudo Nacional. Necesitamos quien marque prioridades, quien rete al mundo, quien compita y hable de grandeza. Estamos en un vacío impresionante, un hoyanco que no debemos permitir se siga profundizando, salir va a ser muy complicado mientras otras naciones se preparan para conquistar a Marte, para especializarse en tecnología cibernética, en inteligencia artificial, en educación de excelencia. Es increíble que un gobernador exprese en tres ocasiones que teniendo siete para diez le faltan cuatro, y ahí sigue decidiendo la vida de los demás. Y lo lamentable es que no es el único.
*Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Tv
*Conductor del programa Va En Serio MexiquenseTV canal 34.2