La pandemia no da tregua, no respeta, es asesina. Muchos amigos han fallecido y entre estos colegas periodistas que dejan un enorme hueco en nuestro cajón de amistades pero más
importante, en el tiempo y atención de la opinión pública. Los primeros casos fueron Eduardo Pasquel Alcalá y Carlos Girón (este último medallista olímpico pero lo mencionó por la enfermedad, el dictamen y las fechas). Ambos personajes estuvieron sobreviviendo momentos muy difíciles, incluso por el mes de diciembre del 2019, la CONADE dio por muerto a Girón y en redes sociales emitió un pésame, vino el desmentido. Pero ambos personajes fallecieron con los síntomas del COVID en los dos primeros meses del 2020 y el dictamen determinó neumonía. Siempre expresé que era una muerte por COVID aún cuando no se oficializaba en México la existencia de la pandemia. De aquel entonces muchos periodistas han perdido la batalla. Mi recuerdo y memoria por un grande la comunicación (no formalmente periodista) Don Jorge Zúñiga Campos víctima de amnea (serios problemas respiratorios con trastornos en el sueño). Pero hago eco de mi muy reconocido y amigo Jesús Michel quien nos recuerda que en los últimos nueves días han fallecido tres amigos perIodistas (dos por COVID y uno de infarto). Jesús se refiere a Fernando Macías Cué, Fernando Mora y Juan Arvizu quien fue despedido con aplausos en la redacción del El Universal y un minuto de silencio en el Senado de la República. Y me llama la atención por un lado la solidaridad, compañerismo y pésame personalizado de muchos y grandes amigos pero la ausencia de esas agrupaciones que dicen representar a periodistas y que han guardado un extraño silencio, no hay pronunciamientos, no rinden homenajes y dejan de atender a sus vivos pero más a sus muertos. Exigentes con unos pero marcadamente ausentes en memoria de los fallecidos. La honra y el prestigio es propio de los grandes, de los que saben de lealtad, de ética, de hermandad. Eso engrana un mecanismo de compañerismo y de solidaridad. Quienes nos han dejado no deben quedar sólo en la memoria, sino en la herencia de trabajo, experiencia y más aún, coraje para desarrollar el periodismo. Participe y presidí un evento, años atrás, más de cuatro, honrando la memoria de grandes periodistas como Renward García Medrano, Gustavo Méndez Tapia, Juan José Bravo Monroy y Ofelia Aguirre. Fue emotivo, fue gratificante. Hoy falta eso, estrecharnos. Por ello me sumo a las palabras y emociones de mis compañeros que con altura y estatura recuerdan a aquellos que sobrevivieron a enormes desafíos e incluso amenazas al ejercer el periodismo pero un virus inesperado, criminal, los ha convertido en leyenda.
*Conductor del programa Va En Serio MexiquenseTV canal 34.2