A 99 días de las elecciones se le viene encima al presidente, principalmente a él, la segunda gran manifestación de las mujeres, todas ellas agraviadas no sólo por la violencia de género sino por las expresiones de AMLO cuando las califica de "disfraz de los conservadores" y el
multimencionado "ya chole" que nos regala la estampa educativa del mandatario y su nulo tacto para tratar los problemas más sensibles del país. Nunca antes habíamos visto un Palacio Nacional tras una ofensiva barricada, vamos ni en el 68 con las tanquetas. Nunca habíamos visto tanta irresponsabilidad en el área de Seguridad Nacional. Hasta este momento ninguna mujer del gabinete se ha expresado en apoyo a su gremio y menos descalificando a un sujeto perverso como Félix Salgado Macedonio, ni siquiera Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la Suprema Corte. Mencionar a la señora que preside la CNDH es ridículo y ocioso. Aquella tan aguerrida activista callejera como Claudia Sheinbaum hoy recibe órdenes para restringir libertades. Pero todo esto lo ha favorecido el encono presidencial. No hay memoria que nos recuerde en la historia contemporánea, a un presidente que haya fomentado tanta dispersión, confrontación, radicalismo y descalificaciones. Pero por otra parte algunos funcionarios arrastrados, sumisos y cobardes que señalan que agredir, maltratar o destruir monumentos nacionales o mobiliario urbano es un mecanismo propio de la expresión qué hay que respetar, y así vemos como encapuchadas serviles a intereses políticos vandalizan, asaltan, robar y queman lo mismo establecimientos comerciales o transportes públicos con una absoluta y desvergonzada impunidad. Alejandro Encinas por supuesto mejor guarda silencio y permanece en bajo perfil a más de dos años de distancia que se comprometieron a resolver el caso de Ayotzinapa y que han mostrado su ineptitud pero también su complicidad con gobernantes de la izquierda guerrerense que están embarrados en la desaparición de los normalistas y hay otros muy cercanos a AMLO que financiaron las campañas de personajes como los Abarca. Y Epigmenio Ibarra que comerciando con una tragedia pasa lista en redes sociales sólo 43 mexicanos desaparecidos pero gana dinero promoviendo al narco en sus series de televisión. Y Alfonso Durazo en campaña para gobernador de Sonora con la enorme carga de tantos acribillados en el país. Este lunes ante el muro construido frente a Palacio Nacional qué pasó de ser un monumento histórico de los mexicanos a propiedad privada de amlo, se observarán muchos nombres de mujeres que terminaron su vida así, mutiladas, asesinadas, torturados, violadas y extorsionadas. Lo único que les ha permitido el gobierno no es ni honrarlas ni respetarlas, sino improvisar un enorme pizarrón de hierro para que las sobrevivientes escriban su nombre. En un día las mujeres se harán escuchar, al siguiente día desaparecerán. Y mientras en las mañaneras haciéndonos creer qué hay filtrados que llegan hasta el presidente mientras el Centro Histórico lo han transformado en barricadas para frenar al pueblo sabio.
*Conductor del programa Va En Serio MexiquenseTV canal 34.2