El crimen de dos sacerdotes jesuitas en la comunidad de Cerocahui, del municipio de Urique, vuelve a despertar el encono nacional por la creciente
violencia. Aún con el pésame de inicio de AMLO en la mañanera no se da solución. Primero vuelve a emplear la agresión contra el pasado para justificar su fracaso en materia de seguridad y después envía, aún conociendo la gravedad de la situación en la localidad, tardíamente al ejército.
La cobarde ejecución de los sacerdotes, Javier Campos y Joaquin Mora, cuando intentaban defender a un ciudadano que buscaba protección en el templo, en el momento en que era perseguido por los asesinos, es un ejemplo más de la putrefacción nacional. Y no es únicamente este doloroso evento, sino también el descubrimiento de por lo menos 10 cuerpos en el tiro de una mina en el municipio de San Guillermo y el enfrentamiento entre “chapos” y “linderos” en el municipio de Coronado. Todavía la tarde de este miércoles no se confirmaba el fallecimiento del prestador de servicios de turismo y dos de sus familiares. Sin embargo, por el trabajo de médicos forenses y la intervención de la fiscalía local, se logró recuperar e identificar los cuerpos de los sacerdotes, así como del civil Pedro Palma.
Los sacerdotes tenían más de cinco décadas incorporados en la Compañía de Jesús y la mayor parte de su carrera sacerdotal la ejercieron en Chihuahua.
Las autoridades de La Entidad ofrecieron una recompensa de hasta 5 millones de pesos a quien o quienes aporten información que conduzca a la captura de José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, principal sospechoso. Del otro lado del mundo, el Papa Francisco, en el corazón mismo del Vaticano, envió un mensaje de pesar por la grave situación por la que atraviesa México con tantos asesinatos. De San Cristobal de las Casas sáltamos hasta Cerocahui, en un muy desagradable camino de sangre que no acaba. Estos religiosos al parecer intentaron defender la vida de un sujeto que buscó cobijo en el templo al ser amenazado por sicarios. La respuesta presidencial fue llamar “hipócrita” al expresidente Calderón vinculándolo nuevamente con García Luna. Sin embargo, el presidente resbala hábilmente tantos y tantos crímenes en su sexenio, incluyendo la muerte de una treintena de usuarios del Metro durante la gestión de Florencia Serranía y la titularidad en el gobierno de Claudia Sheinbaum. Ahí, en esos casos, los de sus cercanos, hay cómplice silencio, mientras que ante la evidencia de fusilamientos públicos la culpa la tiene los “conservadores”. Ya no se pueden tolerar más discursos, la realidad es que el país se está quebrando mientras es evidente que el hampa, los criminarles dominan cada vez más las esferas económicas, políticas, electorales y de gobierno. amlo se comprometió a terminar con la corrupción y la violencia desde el primer día de su gobierno y ha demostrado su incapacidad que lo coloca en un escandaloso ridículo. Hay que recordar que de manera burlona, sarcástica y ofensiva, riéndose, alguna vez expresó en sus mañaneras “ja, ahí tienen sus masacres!”
CARLOS RAMOS PADILLA
@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquenseradio.