Las fracturas con la Iglesia van aumentando. Las dispares ideologías con la izquierda mexicana, el crimen de los jesuitas,
los reclamos históricos al Vaticano y la suma de siete parroquias robadas en la Ciudad de México han provocado fieras denuncias de la Arquidiócesis Primada de México. Aunado a esto hay serios reclamos, porque la Guardia Nacional se ha instalado en la zona propia de la Basílica de Guadalupe.
La Jerarquía de la Iglesia Católica ha manifestado que los recintos religiosos que fueron robados se ubican en una misma zona geográfica, lo que llama la atención de la comunidad y causa angustia de sufrir un asalto con amenazas y ataques personales.
Los templos que han sufrido saqueos son: San Lorenzo Diácono y Mártir, en Huipulco; Santa María de los Apóstoles, Santos de América, Santo Cristo del Pedregal, Santos Reyes y el Señor de la Misericordia, la Parroquia de la Purificación de Nuestra Señora de la Candelaria (ya en dos ocasiones) y hace unos días la Capilla del Niño Jesús, que corresponde a la parroquia de San Juan Bautista.
La preocupación primaria es por el daño a la integridad física de los ministros de culto y a los laicos, pero es preciso señalar que durante los robos sí se registra un importante desmantelamiento patrimonial. “En todos los casos se han hecho las denuncias correspondientes y se dio aviso a las autoridades, con las que se ha establecido un contacto estrecho para que las investigaciones se desarrollen de la mejor forma. Queremos con ello destacar la importancia de la denuncia ante cualquier evento delictivo para combatir la indiferencia y la impunidad. Aprovechamos para hacer un nuevo llamado a las autoridades para atender la situación de inseguridad que se vive en nuestro país, de la que como Arquidiócesis hemos sido objeto en estos días, pero de la que también han padecido miles de mexicanos, en algunos casos con desenlaces más lamentables”, apunta un comunicado de la Iglesia católica.
Misma situación de ataques han sufrido templos y parroquias en serranías y geografías distantes, en donde por temor a represalias o por haber recibido amenazas, los hechos no son denunciados. Por ello, y en partes, la asistencia de los fieles se ha reducido notablemente y ello detona que los sacerdotes tomen el púlpito para, una y otra vez, elevar una enérgica protesta ante la falta de garantías, para mantener la seguridad en los recintos y comunidades.
CARLOS RAMOS PADILLA*
@cramospadilla
*conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 134 y mexiquense radio