Uno de los grandes en la investigación y la cátedra Eduardo Matos al recibir el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales,
destacó que en su quehacer que significa “penetrar en el pasado para traerlo al presente”. Una tarea que nos hace más sabios y conocedores de nuestro origen. En esa tierra tan criticada por AMLO el arqueólogo destacó que la historia nos muestra que España y México han vivido “en carne propia” los efectos de la guerra. “Esto no se olvida, pero tampoco podemos anclarnos en el pasado y guardar rencores, sino mirar hacia delante. En esto, México y España deben dirigirse hacia un futuro promisorio”, porque ambos países “están unidos por lazos indisolubles”. Ellos los españoles han sobrevivido a los romanos, a los moros, dos guerras mundiales y al franquismo y de todos estos incidentes han aprendido, se han fortalecido y desarrollado tomando lo mejor y no solicitando disculpas por hechos de hace 500 años. El premiado insistió: “esa moderna máquina del tiempo que es la arqueología” fue el medio para trasponer el tiempo mismo y llegar ante los pueblos que nos antecedieron en la historia. “Así, la historia y la arqueología nos llevan frente a las sociedades del pasado y nos muestran que muchas de ellas fueron creadoras de avances importantes y que, en su devenir, surgieron imperios y gobernantes poderosos que en su soberbia creyeron que serían eternos, pero no fue así. No se puede pretender manipularla ni cometer el despropósito de tergiversarla. Mala consejera es la ignorancia que en muchas ocasiones lleva a la mentira. La historia la escriben los pueblos. Ellos son forjadores de futuros mejores. México y España están unidos por lazos indisolubles”. Son expresiones nobles para un mexicano que ha rascado en los cimientos de nuestra historia, que se ha hundido en los sótanos del Templo Mayor junto a la monumental Catedral Metropolitana y el imponente Palacio Nacional. A las puertas del recinto universitario y frente al edificio que vio nacer a la primera imprenta. Ahí Matos indaga. E ese choque cultural entre dos culturas, la Mesoamericana y la europea, en dos países que venían, de siglos atrás, “arropados en sus propias historias”. En el año 1521 se presentó “la conjunción de ellas. En aquel año ocurrió el encuentro de dos maneras de pensar diferentes, de sociedades que tenían su propia visión del universo. En la primera parte de la conquista, el enemigo a vencer por las huestes de Hernán Cortés y miles y miles de aliados indígenas enemigos de Tenochtitlán, eran los mexicas o aztecas. Lograda la victoria militar el 13 de agosto de 1521, comenzaba la segunda parte: la conquista espiritual a manos del aparato ideológico representado por la iglesia, en tanto que se continuaba la conquista de otras regiones para conformar la Nueva España. Varios siglos debieron de pasar bajo el nuevo orden peninsular con cambios en lo económico, político, social y religioso. Esta situación se vio interrumpida cuando las fuerzas insurgentes alcanzaron la victoria y surgió la nueva nación en el año de 1821. El México independiente iniciaba su propio camino. Pocos años después, en 1836, nuestros dos países acordaron el Tratado de Paz y Amistad y entablaron relaciones diplomáticas después de largas luchas: México reconocía a España y España reconocía a México como nación independiente. Buen ejemplo para superar pasados agravios”. Así sus argumentos tan sólidos como sus investigaciones. Enhorabuena por este mexicano que cree en la cultura, que compone elementos para fortalecer a la civilización y que nutre a la mexicanidad con enorme pulcritud.
CARLOS RAMOS PADILLA*
@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio