Inaudito pero cierto: lacandones hacen trueque con militares como si fueran camellos.
Los liberaron a cambio de la carga de una aeronave que aterrizó en su territorio se informó en Ocosingo, Chiapas. Resulta que una aeronave procedente presuntamente de Sudamérica cruzó territorio mexicano en la línea fronteriza entre Chiapas con Guatemala. Aterrizó en la pista turística de la zona arqueológica de Bonampak. Hubo entonces movilización militar y de orden un operativo con el apoyo de un helicóptero y soldados por tierra. Ingresaron por la zona conocida como crucero San Javier en terreno lacandón y luego por Chanzayab. Pero al momento de asegurar la carga que transportaba una avioneta tipo Cessna, militares fueron retenidos por los lugareños. Fueron amagados, humillados y desnudados y a cambio de liberarlos exigieron la entrega de los paquetes decomisados. La avioneta aún permanece en la pista y la Fiscalía General de la República debe aplicar los protocolos para asegurar a la aeronave e iniciar la investigación y detención del piloto y el cargamento. No es la primera ocasión que esto ocurre y el hermetismo de la SEDENA. Chiapas, desde el gobierno de Manuel Velasco, ha sido dominado por grupos de narcotraficantes que se disputan la plaza. Recordemos que el pasado 8 de noviembre miembros de “los motonetos” causaron disturbios en San Cristobal de las Casas por la detención de su líder, identificado como Pablo “N” en el mes de octubre. Estos delincuentes realizaron disparos al aire, quemaron automóviles y provocaron destrozos en al menos dos edificios gubernamentales: la Presidencia Municipal y el Palacio de Justicia. Se estima que cerca de doscientos elementos de la Policía Estatal y Municipal, de la Guardia Nacional y del Ejército Nacional se desplegaron sobre las vialidades San Cristóbal-Tuxtla-Gutiérrez y San Cristóbal-Teopisca aunque las autoridades reconocieron que los agresores poseían armas más poderosas que las reglamentarias para los uniformados. Estas células son grupos criminales formados por indígenas originarias de San Juan Chamula y asociados al narcomenudeo y homicidios. Tuxtla Gutiérrez recibe una fuerte carga por la migración procedente de diversos municipios indígenas, principalmente de las regiones tseltales, tsotsiles, zoques, chiles y tojolabales, conflicto que se multiplicado por la presencia de “marasalvatruchas” y narcos que se saltan el Suchiate por la reducida presencia de autoridades. Organizaciones civiles han mostrado su abierta preocupación por “el grave panorama de inseguridad y violencia que se vive en el estado de Chiapas, frente a un contexto complejo donde el crimen organizado y grupos armados vinculados al cacicazgo político” y que “México no ha podido superar la grave crisis de violaciones a los derechos humanos e impunidad que enfrenta desde hace al menos dos sexenios”. Agregaron que “el fin de la impunidad que protege y alienta el actuar de grupos criminales y empresariales que se disputan el control de territorios, recursos y mercados, es uno de los principales retos para la construcción de paz”. Desde 1994 durante el levantamiento armado del EZLN hay zonas chiapanecas denominadas “autónomas” en donde de manera ilícita se han nombrado autogobiernos y cobran sus propios impuestos a los que por ahí transitan. De hecho, son lugares libres en donde el narcomenudeo se ha acentuado. Cada vez más en el sureste se respira con miedo. Los soldados, la tropa está expuesta a los caprichos de los delincuentes protegidos en sus “derechos” por el gobierno. Lo ocurrido en la zona arqueológica de Bonampak es una muestra más de cómo los militares son ofendidos, agredidos, humillados y secuestrados.
CARLOS RAMOS PADILLA*
@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio