Queda en la memoria de correos en los archivos fe “Guacamayas”, que a casi un mes después de la desaparición de
los 43 normalistas de Ayotzynapa, la propia Secretaría de la Defensa Nacional alertó al titular de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Tomas Zerón de Lucio acerca de 20 alcaldes guerrerenses con presuntos vínculos con bandas del crimen organizado. Por supuesto figuraba José Luis Abarca, de Iguala, apoyado por el grupo de estrategia política de AMLO. A la fecha, unos se encuentran en la privados de su libertad, algunos asesinados y otros desaparecieron de la vida pública. Sin embargo, los más hábiles se colaron y se encuentran en la nómina oficial como el exalcalde de Pungarabato, Reynel Rodriguez diputado federal; Sandra Velazquez, reelecta alcaldesa de Pilcaya, y el expresidente municipal de Arcelia, Taurino Vazquez, delegado de Servicios Regionales de Educación en la zona de Tierra Caliente en Guerrero. Fechado el 17 de octubre de 2014, el reporte incluye nombres de los alcaldes, el municipio gobernado, militancia en partido político, pero fundamentalmente la organización delictiva a la que presuntamente se les asocia. Grupos que presuntamente, ligados al tráfico de drogas entre Guerrero y Morelos fueron los responsables de la desaparición de los jóvenes. Con insistencia se menciona a los grupos “Caballeros Templarios”, “La Familia”, al que se le atribuye en 2021 un atentado contra Sandra Velazquez. Como sea en casi cinco años AMLO no ha respondido a su compromiso de campaña de cerrar el caso Ayotzinapa y Alejandro Encinas ha callado repentinamente, pero con premeditación sobre el exprocurador detenido Jesus Murillo Karam. Sedena también tiene documentados a “Los Ardillos” un grupo criminal con sede en zona de la Montaña, siendo responsable de actos de violencia extrema desde el 2015 y uno de los principales generadores de violencia en Guerrero, además de dirigir ataques directamente a comunidades indígenas, siendo muy sanguinarios. Quedan “Los Rojos”, una organización criminal surgida como escisión del Cártel de los Beltrán Leyva, con actividades en Guerrero y Morelos, liderado por los hermanos Arturo "El Barbas" y Héctor "El Ingeniero", Alfredo "El Mochomo" y Jésus Nava Romero alias "El Rojo", naciendo de ahí el nombre del grupo. Evidentemente de todo esto tenía conocimiento el entonces candidato Lòpez Obrador, el gobernador Ángel Aguirre, el activista Felix Salgado Macedonio y el propio Marcelo Ebrard que como jefe de Gobierno del D.F sabía del financiamiento de la capital a los funcionarios guerrerenses. Como bien me explicó y publiqué, el médico forense, José Luis del Hierro, resulta imposible la incinerarlos tumultuaria de 43 cuerpos por las condiciones del terreno, el combustible requerido, la temperatura necesaria para calcinarlos y que de siempre se careció de peritajes forenses. De haberlos amontonados los cuerpos localizados en medio solo registrarían cocción. Además, la densa nube de contaminantes por días hubiera revelado el atroz crimen. Por ello hay involucrados que aseguran todo se trató de un ajuste de cuentas entre bandas dedicadas al narcotráfico y no rechazan la posibilidad que los normalistas estuviesen de alguna forma involucrados directa o indirectamente. Pero lo dicho, a esta administración no le conviene saltar sobre el charco porque saltarían muchos, pero muchos sapos.
CARLOS RAMOS PADILLA
@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.