Empiezan los nubarrones sobre el Pedregal. Grupos vandálicos, anarcos y extrauniversitarios mueven sus piezas para
la desestabilización. Sus estrategias se modifican, pero hoy cumplen con un propósito: tomar el control de la rectoría. Iniciaron con tratar de desaparecer la autonomía, luego proponer cambios a su ley orgánica, imponer a sus candidatos para sustituir al rector Graue y movilizaciones atropelladas para impedir que Lorenzo Cordova participe académicamente en el Instituto de Investigaciones Jurídicas. La interferencia ya es abierta y el desafío descarado. La proliferación de grupos de choque para amedrentar toma cualquier tema para actuar, incluso el debate por el género. Son provocadores al servicio de políticos malvivientes que ni pertenece a la Casa de Estudios. El actual gobierno neoliberal disfrazado de izquierda ha practicado una permanente campaña contra la UNAM que no ha tenido ni la defensa de personajes como Juan Ramón de la Fuente. Según el presidente la UNAM se “derechizo” y por ello hay, según él, que enderezarla. Un grupúsculo intenta dominar a toda la comunidad universitaria y al grito de democracia curiosamente pretenden desmantelar a la Junta de Gobierno y determinar qué personajes deben y pueden llegar. Quieren asfixiar a la libertad de cátedra, manipulan el debate y construyen discursos propios de reventadores sociales. No es secreto la animadversión de AMLO a los organismos autónomos como el INE, el INAI y las universidades públicas. Las becas, los fideicomisos han sido o recortados o cancelados mientras que se intensifica una persecución política y penal contra investigadores y científicos que contradicen las obras faraónicas del presidente. Quieren intervenir en el cambio de rector en noviembre y preparan a personajes como Rosaura Martinez Ruiz, hija de Salvador Martinez de la Roca y Rosaura Ruiz. Gente cobarde y encapuchada atacan instalaciones como las facultades de Medicina y Derecho en tanto tienen secuestradas varias aulas y auditivos en el campus universitario. Son células de provocadores que incluso se alimentan de extranjeros. Tienen en operación señales de radio clandestinas y se comunican con radio receptores para evitar su captura. A eso se llama fascismo. Los cartuchos de explosivos están colocados y el detonante, quieren, sea la paralización de actividades. Desean imponerse sobre la libertad y garantías de los estudiantes, trabajadores y maestros. La UNAM es nuestra Casa de Estudios, es la Institución más sólida en Iberoamérica y sus conductas obedecen a compromisos académicos no políticos. No es apéndice de los legisladores ni sirvientes de Palacio Nacional. La UNAM, el Politécnico, y la Universidad de Guadalajara primordialmente defenderán sus derechos y libertades. Sostendrán sus banderas de autonomía y llegarán a todo tipo de consecuencias para mantener su clase y dignidad histórica. Ahí en sus pasillos y aulas conviven los mexicanos ilustres, los académicos de vanguardia, los sabios y prohombres, los investigadores nacionales y los diseñadores de planes para la formación de generación de jóvenes emprendedores, aspiracioncitas y triunfadores. “A la UNAM no se le toca” es una máxima generalizada en la zona azul y oro. El progreso de la nación descansa en sus universidades y centros académicos, no en los oscuros rincones de la triste política nacional.
CARLOS RAMOS PADILLA
@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.