Sin duda somos una sociedad cambiante, inestable, tolerante de poca respuesta. En estos días han ocurrido cosas que
mueven al país pero que pasan tan rápido que no reaccionamos. Apenas hace unos días fue el escándalo de la mega fiesta de la hijastra de José Ramon López Beltrán. La defunción de Xóchitl como candidata. La inclinación por Claudia Sheinbaum por Morena y aliados. El enfado de Marcelo Ebrard presumiendo enróleme experiencia como para buscar la presidencial fue el único que no se dio cuenta que lo traicionarían y no lo dejaron pasar, hasta con policías. Marcelo cae en la misma historia que vivió con Camacho Solís, es el ya mérito, pero no llega aun siendo servil con los de arriba. Se está convirtiendo en el eje de la elección del 2024 no porque pueda ganar sino porque se coloca como quien puede fracturar la elección para AMLO. En estas horas él arrebató los reflectores a Sheinbaum que no ganando es la estelar. Calificó públicamente de “cobardes” a Alfonso Durazo y a su ex cómplice Mario Delgado, otro de sus traidores. Provocadores como Epigmenio Ibarra y el españolito incómodo guardan un vergonzoso silencio ante las puntadas de los hijos del presidente y observan el burdo espectáculo del dedazo que existe, pero no existe. Se ha pasado por alto el ridículo evento de la inauguración de un tren turístico sin terminar y con 9 horas de trayecto (cuando en auto se hacen dos) porque a falta de suministro eléctrico recargaron las baterías emergentes del convoy sin considerar que fallarían. 14% consideran son las anomalías registradas en el proceso de Morena y eso no merece ni un solo comentario desde Palacio, por el contrario, las migajas del poder reparten premios de consolación y ofrecen que Marcelo se integre al gabinete de Claudia. Somos tan tolerantes que de una semana a otra nos mimetízanos con Xóchitl cuando hace un par de meses ni ella pensaba en la candidatura. No únicamente eso, pocos conocían el trayecto de las hidalguenses a quien se le otorga hoy la confianza de poder gobernar al país. Tan tolerantes somos que nos aproximamos a un gobierno de coalición bajo la responsabilidad de una mujer en donde muchos, pero muchos, festejan el género y no la capacidad. Claudia es un personaje gris con fama de activista. Sus sombras no le ayudan desde su participación en el CEU, las relaciones de su pareja Carlos Imaz con Carlos Ahumada, su gestión en Tlalpan ligada a Martínez de la Roca, la tragedia del Colegio Rébsamen y el colapso en el Metro. Pretende pasar del griterío callejero en bloqueos a colocarse la banda Presidencial. Ellos, los morenistas que siempre atacan al PRI, mostraron una vez más que sus procesos están cargados de corrupción e irregularidades y quienes acusan y muestran testimonios son ellos mismos. Ebrard se vio prudente y no desnudó a Sheinbaum con fuerza teniendo la información porque sabe que el gobierno hecho Estado también tiene sus comprometedores archivos por ello se negó a debatir con el exdirector del Metro, Jorge Gaviño Ambriz. Somos tan tolerantes como sociedad que ya no existe preocupación por Emilio Lozoya, Jesús Murillo, Genaro García Luna…fueron pantalla de distracción ocasional que en nada se valoró para el proceso de la candidatura. Ayotzinapa, el crimen organizado, los desvíos multimillonarios en obras inoperantes, la desaparición de fideicomisos, el ataque a científicos, el desabasto de medicamentos, la carestía, la migración, todo se evadió solamente para escuchar arengas cansadas de “es un honor estar con Obrador” o “no somos iguales”. Somos tan cambiantes que ya nos da igual si nos llaman fifís, pirruris, conservadores o adversarios. Perdimos la fuerza del reclamo. No importa el país ni sus condiciones estamos de fiesta porque ya hay dos candidatas y un inconforme. Y es día histórico se entera el “Bastón de Mando” a quien no manda.
CARLOS RAMOS PADILLA
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2, izzi 135 y mexiquense radio.