O es blanco, o es negro...

Sin duda el presidente por hablar y hablar mucho no solamente se equivoca en eventos históricos y sus personajes,

sino que entra en francas contradicciones. Veamos: hace un año en el grito de independencia aregó “muera el clasismo” pero él ha sido el principal promotor de la división social de México. El calificó a la clase media de “pirruris”, ha señalado a los conservadores, dice que primero los pobres, habla de los fifis y condena a quienes estaríamos en el extranjero o viven en la Del Valle. Ahora en la reciente ceremonia de independencia el señalamiento fue “viva la libertad” y al otro día, en el desfile militar, aplaude la presencia del ejército ruso cuando una nación soberana y digna está siendo atacada por los misiles enviados por Putin. Habla de democracia, pero se dice amigo de los peores tiranos actuales en Latinoamérica y al parecer México fue aceptado en La Habana como miembro del nuevo bloque comunista mundial. El Grupo de los 77 y China aprobó por aclamación la incorporación de México. Pero vayamos más allá. Ahora resulta que “su "candidata a la presidencia es fifi y la opositora Xóchitl es reprobada por su origen pobre. Xóchitl es menos porque vendía gelatinas, pero Claudia tiene doctorado en el extranjero, se apellida Sheinbaum y es judía. El presidente ya había asegurado que quienes estudian en el extranjero “solo aprenden a robar”.Por otra parte, la secretaría del Bienestar debe cumplir la función de apoyar a las clases más necesitadas, a los vulnerables, pero resulta que Marcelo Ebrard denuncia que los recursos públicos de esa dependencia son utilizados para la promoción de Sheinbaum y el presidente guarda un silencio imprudente. El presidente habla de derechos y justicia, de igualdad, pero tratado de evitar la extradición de Ovidio Guzmán a Estados Unidos para que allá si apliquen la ley que aquí vale poco o qué no AMLO dijo “y no me salgan con que la ley es la ley”. Desde presidencia se ataca al INAI, pero presume transparencia cuando, entre otros casos vemos que el presupuesto para el Tren Maya subió de 130 mil millones a 500 mil millones de pesos señalando y subrayando que para su construcción no habría de talarse ni un solo árbol. El presidente asegura que se acabó el dedazo y ha sido abiertamente el principal operador de sus “corcholatas” y el claro impulsor de Sheinbaum, vamos hasta el bastón de mando ya le entregó. Así, con AMLO, no se sabe si es blanco o es negro, se regodea en sus ocurrencias y pone en serio desequilibrio a la nación. ¿O qué niño emérito en campaña regresará a los militares a sus cuarteles? Y que conste que es pregunta.

CARLOS RAMOS PADILLA
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2,izzi 135 y mexiquense radio