El torpedeo, la guerra tóxica es muy evidente en Morena. Su cúpula, sus dirigentes, entonan los mismos acordes:
imponer aspirantes y desprestigiar, difamar a quienes les estorban por órdenes superiores. Ahí está el caso de imponer género en las próximas elecciones estatales, ahí está permitir el distractor de López Gatell en un perverso movimiento político para ganar fuero e impunidad en un cargo legislativo, ahí está la imposición de Claudia Sheinbaum que ya se vio no es capaz de llenar un estadio cuando presumen llenar el zócalo y ahora la intención de retirar de la aspiración de gobernar la CDMX a García Harfuch por dos razones: “porque lo pide la “jefa” (Sheinbaum) y porque Clara Brugada está muy abajo en las encuestas y entonces hay que fomentar una campaña que hunda la imagen del exsecretario de seguridad. Mario Delgado y Martí Batres reciben órdenes de la jefa muy por encima de lo que merece y necesita el país, la CDMX y el propio partido. A su vez ella recibe instrucciones del “jefe” que pretende hacerlos creer que como presidente de México no es factor de decisión electoral. Que les preocupa de Harfuch como se presenta con ese apellido en campaña. Está ganando terreno en la popularidad mientras Brugada lenta en sus reflejos, lerda en sus discursos, no abona. Omar con su sola presencia va contra las imposiciones del presidente. Omar recibió una carga de veneno de parte de Alejandro Encinas involucrándolo en el caso Ayotzinapa. García Harfuch continúa recibiendo mensajes intimidatorios del crimen organizado que ya intentó asesinarlo. A los morenistas fifís les incomoda que públicamente se le reconozca (aunque no necesariamente es así por la violencia y alta corrupción policiaca sobre todo con los agentes de tránsito) como el más eficiente servidor público en la burocracia capitalina. Se califican mejores resultados en el manejo de la estabilidad social que con Sheinbaum y con el
mismo Ebrard que guarda en su expediente los linchamientos en Tláhuac, los muertos en el News Divine, el fracaso de traer a Gulliani (el alcalde neoyorkino) para operar el programa “cero Tolerancia” y la nula explicación de por qué donó un terreno en Santa Fe a Riobóo que por cierto en un extraño movimiento sirve ahora para sepultar las aspiraciones de Sergio Alcocer para llenar a la rectoría de la UNAM y queda como testimonio el mensaje en redes de la periodista Leticia Robles de la Rosa que dicta: “Que Sergio Alcocer es el Plan B de la ministra @YasminEsquivel_ para la rectoría, porque la añeja amistad de Alcocer con su esposo, José María Rioboó, le garantiza carpetazo al reclamo UNAM por quitarle el título. Ambos han cultivado una amistad que data desde que Alcocer era director del Instituto de Ingeniería de la UNAM (2003-2007) y el empresario era encargado del diseño estructural de los segundos pisos del Periférico. Además, compartieron responsabilidad en la integración del Comité Técnico de Refuerzo y Rehabilitación de la Línea 12 que la entonces jefa de gobierno de la Ciudad de México, conformó en junio de 2021.En la grilla de la UNAM dicen que es una mujer la integrante de la Junta de Gobierno quien les está ayudando a convencer dentro de eso órgano de gobierno de que deben respaldar a Alcocer”. Este es otro claro ejemplo de la guerra sucia que algunos dentro de CU no quieren aceptar dentro de su complejísimo razonamiento de llamadas “oficiales, pero no oficiales”. Hay que leer también el artículo de Eduardo Sadot; “Patricia Dávila de la UAM a rectora designada de la UNAM" publicada en El Punto Crítico. www.elpuntocritico.com. Así que los misiles nada amigos están detonando y fracturando a Morena y que rebotan a otras instituciones y toda vez se nota que sus famosas encuestas son mero disfraz pero que al final son los palomeados lo que quedan.
CARLOS RAMOS PADILLA
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2, izzi 135, y mexiquense radio.