Conocí a Carlos Ramos Padilla hace más de cuatro décadas y medio. Desde ahí no hemos parado, caminamos juntos,
a veces más a veces menos, pero siempre unidos.
Carlos en su rutina disciplinada diaria, constante, tenaz, siempre es una caja de sorpresas: nuevos programas, nuevos formatos, nuevos invitados, nuevas entrevistas, nuevos nombres para sus secciones. Programas atrevidos, reportajes insólitos.
Cuando por muchos años, mientras la ciudad dormía, Carlos tenía sus estudios de radio encendidos dando cuenta a la nación, a la ciudad, de lo que pasaba y de lo que podría pasar.
Siempre fue muy importante su capacidad, su talento, su enorme creatividad, su oportunismo y su valor. Siempre que alguien le cuestionaba algo es porque Carlos tenía algo de regreso, invariablemente la respuesta y la información oportuna, propia de su formación periodística.
Nuestra aventura la empezamos desde la Escuela Nacional Preparatoria al hacer cosas juntos. Posteriormente tuve el privilegio de ser contertulio de él en ABC Radio por varios años y hemos seguido juntos hasta prácticamente la desaparición del programa VaEnSerio.
Carlos es un puente de amistad, es un templo de amistad, por eso tiene tantos y buenos afectos, tan sólidos afectos y por eso es tan querido, tan respetado. Dónde pasa deja huella. Carlos Ramos es líder, es jefe, es amigo, es compañero, es confidente, es un ser humano extraordinario y ahí me explicó por qué lo que pasa por su mano tiene éxito como es el caso de estos largos años en el Sistema Mexiquense de Radio y Television y en VaEnSerio.
A mí me bautizó como el “francotirador” y desde entonces si soy el “francotirador” un sobrenombre que me llena de honor y de orgullo y que en el fondo de la palabra es poner tiros de precisión y nos entendemos muy bien en lo privado y en lo público, frente a cámaras. Tenemos un código entre Carlos y yo que nos adivinamos lo que me va a decir o lo que le voy a decir.
A veces nos damos duro como deben de ser los debates entre amigos, entre hombres íntegros y a veces le damos duro a otros, pero Carlos y yo tenemos algo en común: vemos la vida de manera alegre, festiva, enfrentamos nuestros retos y nuestros desafios y tenemos convicciones.
Yo quiero aprovechar para absolutamente todo el personal, técnico, administrativo, todos, todos, todos, sin excepción que hicieron posible el programa, los “floor managers”, camarógrafos, maquillistas, a ellos, extenderles una abrazo cargado de gratitud.
A mis compañeros comentaristas, a Carlos Salomón, a Gerardo Flores, a Ale Pérez, a Karlita Inzunza, a Beatriz Pages, a Luy, a todos los que han pasado mil gracias, y déjenme decirles que todos los que han pasado por Carlos Ramos Padilla, sin temor a equivocarme.
A las personalidades más relevantes del arte, la cultura, de la política de las ciencias, de la educación y de la comunicación a ellos gracias por haberme permitido, por varios años de mi vida, poder compartir ese mágico espacio que desde el nombre lo dice, refleja y dibuja a un periodista sin esquinas, a un periodista sin orillas, a un periodista que simple y llanamente en la vida, como en el periodismo, VaEnSerio.
Carlos en la vida hay maneras, modos formas y liturgias, y esto habla de las personas, de su cultura, de su origen, de su bien nacer, de su bien ser. Cuidar las formas no es un tema “orepelesco”, cuidar las formas habla de valores.
No es posible que a este esfuerzo periodístico, gobiernos timoratos, mediocres, que quieren pauperizar, no a México , sino todo:la cultura, el periodismo, la información, repito no es posible querer silenciar a lo que es imposible silenciar. De tal manera que, en esta despedida a VaEnSerio, yo también lanzo mi último disparo en contra de un gobierno que dirige la señora Delfina, que a fin de cuentas chivo del mismo corral y que operan no por convicción, hay que ser honestos, por un fanatismo, y el fanatismo en cualquier circunstancia simple te es sicuta para el cuerpo y para el espíritu y más para las sociedades.
Es un grupo de fanáticos que han querido que todo sea impune, que nadie sea culpable, burlarse de todos, y de manera particular, de quienes como tú han dedicado su vida a entregar información veraz, oportuna, siendo un líder de opinion, en su conciencia quedará el hecho de que VaEnSerio haya terminado, sin más, como están acostumbrados ellos a rajatabla, a romper instituciones y programas. Pero tú, Carlos de oro, jamás podrás ser roto por la mano de la gente ignorante, inculta, impreparada que para desgracia de nosotros hoy gobiernan a este país.
*politico, catedrático, orador, analista, exsenador y expresidente del Consejo Consultivo de la Ciudad de México