Hay lecciones que aprender del Domingo 2, una fecha imborrable por muchas razones, pero la fundamental es que se le
dio la mejor oportunidad a Morena de continuar en el poder los próximos 70 años como lo hizo el PRI. Quizá el problema es que nos imaginamos nuestro México no el México de los demás. Y estamos incómodos pero no entendemos que triunfaron los que piensan, y sienten, distinto. Bien o mal guiados o aconsejados, no lo sé, pero lo hicieron de manera limpia y libre como nosotros. Sí, la diferencia está en caminar distinto y distinta velocidad. Vivimos una tremenda combinación que consiste en controlar esa mezcla de miedo con enojo. Tenemos que ser racionales. Luego de los resultados preliminares pero oficiales de la jornada electoral la descalificación social fue inmediata y absoluta. No se esperaban estos resultados y más aún cuando la asistencia a las urnas fue histórica y determinante y se buscaba un cambio, por lo menos un equilibrio pero no fue así. La tendencia morenista es arrolladora. Ni los pronósticos más optimistas marcaban unos registros de esta magnitud y con Estados y personajes muy pero muy cuestionados. La primera reacción fue que el tipo de cambio respondiera negativamente al igual que la caída de los mercados. Al mismo tiempo los reconocimientos y mensajes internacionales de Jefes de Estado a la Sra Sheinbaum en tanto Xóchitl anticipaba presentar impugnaciones. Faltarán entonces días para el ajuste en todos sentidos y para entender y aceptar lo que ocurrió. Pero el golpe al entusiasmo cívico fue severo, contundente, brutal. La esperanza de fortalecer a las instituciones y de abrir nuevos caminos para preparar correcciones urgentes en varios rubros parece se volvió a cerrar por completo y se espera que nada cambie en este cambio. Operó, sin idas, el aparato del Estado (desde la tribuna de la mañanera), y se venían observado algunas avisos, algunas señales que parecían pálidas pero que fueron dejando marcas. Las denuncias públicas de irregularidades al parecer fueron. Ignoradas, los actos criminales contra candidatos no impactaron, los músculos sociales se perdieron. Ni en los mejores tiempos de control político del PRI se habían obtenido tantas ventajas y lo digo porque ellos también arrollaban pero sin el conocimiento de tanto crimen, violencia, imposiciones, pifias y delitos graves. Hoy hay que exigir a la oposición un verdadero muro de contención, si es que puede, quieren o peor aún, si estos estan todavía. Una real vigilancia social y darle fuerza a la Suprema Corte que al parecer será el único poder de la República diferente al ejecutivo y legislativo. Ya será tarea a futuro interpretar por qué se votó por Morena, ¿para seguir en la inseguridad. Para caer en el desprestigio académico. Poner en riesgo la salud? En fin, temas de debate y de mucha controversia.
CARLOS RAMOS PADILLA
*Conductor del programa VaEnSerio izzi 135 y radio mexiquense.