Independientemente del burdo y sucio juego, para transformar al poder judicial (asegura la señora Loretta Ortiz que
hay que votar por ella porque es “una chulada de mujer”, así el nivel), en esta primera semana de abril, entrarán en vigor los aranceles anunciados por Donald Trump a México y Canadá. Además, en nuestro país se publicarán reportes clave sobre remesas, expectativas económicas, consumo privado, empleo formal y confianza del consumidor. México será incluido en el paquete global de aranceles de 25% a sus exportaciones. Y todo indica que de “triunfo” pasamos a la resignación y solamente se busca un trato preferencial, no tan severo, como está ocurriendo con otros países. No valió siquiera el “regalar” 29 criminales a la justicia estadounidense que podrían estar incluso bajo una sentencia de pena de muerte. El discurso de la soberanía impuestos en una asamblea callejera en el zócalo ya se vino por completo abajo. El acarreo nunca, nunca, preocupara o presionara a Trump. La verdad es que el gobierno nos orilla a una crisis financiera sin precedentes por la terquedad de defender la política del pasado sexenio y provocar impunidad para sus políticos y exfuncionarios. No se comprende que el populismo ramplón no cimbra las estructuras del salón oval. Con Sheinbaum/Ebrard, Trump ha ganado sin exigir, ha colocado temas como cooperación obligada para frenar a las caravanas de migrantes que hoy enfrentar a tanquetas en la frontera; incrementar el número de deportados y convertir a México en una especie de asilo de ilegales; amenizar con acciones militares para controlar al narco; reducir o cancelar inversiones de China que parece ya se dirigen más a Perú. Pero la carpeta abierta para capturar a morenistas cómplices con el crimen organizado está abierta y es la carta de negociación más importante. Su mira está dirigida a sus “amigouuu” tabasqueño. Trump desea políticos de peso, no charales y observa cómo se hace espectáculo con un exfutbolista (Cuauhtémoc Blanco) en lugar de resolver con la ley casos como el campo de exterminio o los macrolaboratorios como el de Zacatecas. Palacio Nacional se ha doblegado y ha intentado agradar en lugar de confrontar. A través de redes sociales oficialistas nos quieren hacer creer que Trump presenta consideraciones especiales a Sheinbaum pero lo cierto es que en cada discurso el millonario maltrata y amenaza a México. El, Trump, está cumpliendo con su responsabilidad: defender a su nación. Aquí no se está accionando, se está reaccionando, se deja todo a la manipulación política del legislativo y su mayoría aplastante bajo la coordinación, en las dos cámaras, se personajes con amplísimas sospechas de irregularidades. Estos, por supuesto, al cínico servicio de Palacio. Trump, así desde lejitos, observa y califica la desmedida ayuda del gobernó de México a Cuba, eso sí, en geopolítica, interesa y mucho a los estadounidenses que no permitirán la expansión de los practicantes del Foro de São Paulo. Y en todo este intrincado créame que pensar que llevar gente al Zócalo será un ejercicio intimidatorio para la nación más poderosa del planeta: Estados Unidos.
CARLOS RAMOS PADILLA
*Conductor del programa VaEnSerio izzi 135 y radio mexiquense. Meganoticias, TVC