Son momentos difíciles y agobiantes los que debe estar pasando el presidente Enrique Peña Nieto. Y no es que tenga yo que hacer apología de su carencia de resultados en cuanto a las platicas que ha venido realizando con los padres de los normalistas desaparecidos, porque hasta ahora ha hecho su trabajo, que no es otro que suplir la ineficiencia de las autoridades
municipales y estatales, y realizar la investigación acerca del paradero de los muchachos. Hay 80 detenidos por este caso y ya se tiene la certeza del destino final de los normalistas. La renuencia esta del otro lado, de aquellos que han puesto el sufrimiento al servicio de los mismos que enviaron a sus hijos al cadalso con tal de reunir fondos para proseguir una lucha inentendible. Los guerrilleros de escuela, mandaron a los normalistas a extorsionar al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, como lo habían hecho el año anterior, pero esta vez el resultado fue funesto.
Para quitarse las culpas de encima, acudieron al desgastado discurso de los excesos policiales y a fabricar mártires a partir de la tragedia. Desde entonces, México no ha descansado y las réplicas del reclamo encontraron eco en muchas organizaciones sociales que solamente buscan un motivo para movilizarse y poner en práctica el discurso y el número que tienen preparado para cada ocasión. Los profesionales de la mentira, el grito, la consigna, la diatriba, el discurso incendiario, las predicas reivindicatorias, los plantones, los reclamos y la victimización, surgen al momento y permanecen reforzando "la lucha" hasta recibir indicaciones en contrario o constatar la carencia del estímulo correspondiente.
Hasta ahora, la estructura gubernamental ha sido tolerante y ha realizado esfuerzos vanos por establecer canales de negociación. Pero ése es el papel del gobierno, intentar el entendimiento mientras las protestas se desarrollen dentro de los márgenes de la legalidad. Pero ante esto, los falangistas han tirado de la liga para provocar su rompimiento. Una negociación ofrece a las partes la oportunidad de intercambiar promesas y contraer compromisos formales para resolver sus diferencias. Quizá la parte mas importante de un proceso de negociación es la comunicación, porque facilita el entendimiento ya que cada uno desea lo que posee el otro. Así de simple la circunstancia que hemos vivido, pero el problema es que hasta ahora la negociación solamente se ha dado de un solo lado: el gobierno.
Del lado antagónico, la diatriba, la acusación vana y pueril, el reclamo y la movilización. El intento de quitar los retenes establecidos por el Ejército mexicano en la Costa Chica de Guerrero por un grupo de maestros, normalistas y miembros de las policías comunitarias, muestra el grado de descomposición mental de esos líderes de las penumbras. Esto confirma el señalamiento realizado por el titular de la Marina Armada de México, en el sentido de que, aprovechando su dolor e ignorancia, los padres están siendo manipulados por esos que enviaron a sus hijos al lugar en que los victimaron. La ignorancia se ha convertido en cómplice de esos asesinos de cuatro paredes que siguen ideologizando muchachos para convertirlos al credo de una revolución que solamente existe en sus calenturientas mentes hambrientas de poder y notoriedad. Pobre México con esta clase de hijos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.