Marcelo Ebrard ha entrado en una fase crítica de su vida pública. Y no es que sus malquerientes le estén pasando la factura por la forma despótica en que los trato cuando era jefe de gobierno del Distrito Federal, pero hasta ahora no se han observado voces que lo defiendan o que intenten al menos justificar los presuntos desvíos en la construcción
de la Línea 12 del Metro. Quizá solamente la pareja infernal del perredismo integrada por Dolores Padierna y Rene Bejarano son los que han asomado la cara para opinar en su favor, lo que tampoco le genera apoyos para su causa, por el contrario, le resta.
En lo personal creo que el señor Ebrard está recibiendo el mismo trato lejano que le dispenso a la mayor parte de los integrantes del partido que lo llevó a la jefatura de gobierno, y que no faltará quien intente pasarle alguna factura. Hay que reconocer que el señor Ebrard no es poseedor de una personalidad carismática, por el contrario, bastante ególatra y lejano a las cúpulas del perredismo ha sido su identidad desde hace algunos años. Bien dicen por ahí que lo que se siembra se cosecha, y Marcelo Ebrard sembró animadversiones y desafectos durante los seis años que duró su encargo. Para decirlo más claro, hay muchos de sus correligionarios que desearían verlo tras las rejas para quitarle lo insuflado y pagado de si mismo, aunque estoy seguro que el piensa que es merecedor no tan solo de consideración, sino de impunidad.
Mientras los diputados destinados a la investigación y a darle seguimiento a los recursos federales descubrieron que la mayor parte del proyecto presentó fallas estructurales que dejaron sin el servicio al menos a la mitad de los trenes. A ello hay que sumar que las medidas de los rieles no son las optimas y que hubo una curiosidad que sigue llamando la atención: lo que se proyecto como compra termino siendo simplemente un arrendamiento mucho más caro que si los trenes se hubieran adquirido en propiedad. Seguramente alguien alertó al señor Ebrard de lo que estaba pasando y ni tardo ni perezoso se presentó a hacer su numerito buscando convertirse en víctima. El problema es que la mayor parte de los integrantes de la Comisión decidieron no concederle el uso de la palabra y el señor Ebrard saco un megáfono y comenzó a vociferar, lo que molestó a muchos por la falta de respeto mostrada por el ex jefe de gobierno.
Finalmente, entre gritos y manotazos la comisión especial para el seguimiento al ejercicio de los recursos federales destinados a la Línea 12 del Metro aprobaron por mayoría su primer informe sobre las fallas del proyecto. Pero no solamente paso eso, señalaron directamente a Marcelo Ebrard como presunto responsable de las irregularidades. A partir de ello vino el proceso en que el señor Ebrard dejo de ser victimario y se convirtió en víctima. De paso anunció que irá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a denunciar las irregularidades cometidas en su contra. Creo que el señor Ebrard ya sintió que el agua le esta llegando a los aparejos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.