La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ha situado a nuestro país en el primer lugar de Bullying de entre todo los que integran el organismo. Y no es que sea un lugar que tengamos que festejar porque al fin alcanzamos un primer lugar en el concierto de las naciones, sino porque ya es una práctica generalizada en todos los ámbitos de la vida diaria. Si bien es cierto que este fenómeno se presenta en las escuelas, y por ende se refiere al acoso escolar que propician algunos alumnos o alumnas, y en otros casos los mismos profesores, me parece que hay que considerar que este tipo de sucesos pudieran trasladarse a otros ámbitos de la vida pública de nuestro país.
Quizá no sea precisamente Bullying, pero eso ocurre en la mayor parte de las veces en los partidos político donde el acoso de los grupos mayoritarios contra los minoritarios es brutalmente salvaje. El mejor caso de ello lo observamos en el pasado congreso del Partido de la Revolución Democrática en el que todos se fueron contra Rene Bejarano Martínez, lo que le propinó una de las derrotas mas sonadas y mas dolorosas a Izquierda Unida, esa corriente que dominaba la mayor parte de las relaciones entre los Jefes Delegacionales, y la dirigencia del partido. No hubo piedad, como tampoco la tubo el en su momento cuando se empodero siendo Secretario Particular de Andrés Manuel López Obrador cuando era Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Lo mismo ocurre en las discusiones de la Cámara de Diputados o Senadores cuando las fracciones se ponen de acuerdo para botar una determinada iniciativa, aplastando a las minorías, que finalmente no les queda otra que levantar la voz y patalear, como lo hacen los estudiantes que son buleados. Y esta condición no es gratuita, porque si alguien ha sido salvaje a la hora de golpear a los demás ha sido el Partido de la Revolución Democrática. La tribuna es para ellos la mejor forma de advertir, amenazar, o declarar la guerra, y hay que señalar que en muchas ocasiones son salvajes en extremo. Pero ese es el sino de la política cuando los desacuerdos se colocan por encima de los acuerdos, aunque en la mayor parte de las veces en el tema político quien bulea y lo hace con bastante inquina son los minoritarios.
Si fuera el caso de la existencia del Bullying político, uno de los hombres más vituperados, atacado, acusado, criticado, señalado y hasta exageradamente criminalizado, es el Presidente Enrique Peña Nieto. Todo lo malo que ocurre en el país, aunque sea protagonizado por sus antagónicos o correligionarios, es inmediatamente responsabilizado. Claro esta que lo bueno es lo que los demás se cuelgan como medallas al mérito, pero así es ese asunto de la política y de los políticos criticando a los de enfrente de lo mismo que hacen ellos. Somos le primer lugar de Bullying escolar en el mundo, pero creo que en materia política no andamos lejos de la cúspide. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.