Cuando Rogelio Ortega fue designado como Gobernador Interino muchos fuimos escépticos sobre los buenos resultados que se auguraban a su gestión. Si bien es cierto que es un hombre de izquierda, también lo es que su militancia no había salido de las aulas y que toda su carrera profesional se desarrolló en la Universidad Autónoma de Guerrero. Fue criticado por sus vínculos con la Guerrilla emprendida por la FARC en Colombia y algunos otros países. Incluso se deslizó en algunos medios de comunicación que la guerrilla le presto dinero para organizar un secuestro de connotado personaje del cual se esperaba recuperar diez veces más. Lo cierto es que el señor Ortega ha sido, como muchos mas, un guerrillero de aula, de esos que prefirieron el confort de la enseñanza ideológica antes que poner y exponer la vida en la empresa de lograr el cambio de régimen.
Rogelio Ortega es Gobernador Sustituto del Estado de Guerrero, y pareciera que se siente predestinado para ello. Habría que decirle al señor Ortega que para gobernar Guerrero se necesita conocer profundamente sus regiones, su gente, y algo mas que quedarse en la contemplación de lo que ocurre y en la observación de las marchas, mítines, plantones, quemas de oficinas, destrucción de archivos y muchas otras cosas mas que le organizan los grupos beligerantes que han destrozado la precaria economía de los guerrerenses. Por mucho que haya vivido y trabajado en Guerrero, lo que hasta ahora ha demostrado es una brutal incapacidad para recomponer los equilibrios políticos, desarrollar una estrategia de reorganización de los procesos económicos, y la reactivación de la vocación productiva de las siete regiones.
A todo lo anterior hay que sumar que en Chilapa, a menos de una hora de Chilpancingo, y puerta de entrada a la región de La Montaña, de pronto aparecieron mas de doscientos elementos armados de una pretendida o supuesta fuerza policiaca de la que nunca se tuvo noticia y mucho menos registro de sus actividades. De la nada doscientos hombres armados sin mediar explicación fueron a desarmar a los policías y colocaron retenes para imponer el orden en el caos que ellos dicen van a controlar. Hasta ahora nadie ha señalado la procedencia de tal fuerza policial, pero lo cierto es que es un ejercito de gente armada que ahora dice mandar en la región con la complacencia del señor Ortega que solamente se contentó con observar las maniobras del Ejército Mexicano para imponer el orden en el lugar.
El único pretexto para la incursión armada son las vagas explicaciones en el sentido de que están ahí para combatir a la banda de Los Rojos, pero la región guarda todavía amargos recuerdos de aquella mujer que se hacia llamar la "Comandante Nestora", y que ahora permanece en el encierro a causa de los secuestros que cometió en la cárcel que administraba personalmente y donde cometía atrocidades con quienes caían en sus manos. Habrá que preguntarse quien esta detrás de estos grupos que surgen de la nada, que están armados, y que mantienen una estrategia de presencia como si hubieran sido entrenados para ello. Pero también habrá que buscar las explicaciones en las actividades del señor Ángel Aguirre Rivero, quien las impulso y las mantuvo como guardias blancas para lo que se pudiera ofrecer. Claro esta que Rogelio Ortega no tiene ni idea de este tipo de argucias. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.