Las cosas que están pasando en el Estado de Guerrero no tienen parangón. Nunca se había vivido una circunstancia igual, ni siquiera durante las acciones instrumentadas por el "Movimiento Cívico Guerrerense" encabezado por Genaro Vázquez Rojas, Lucio Cabañas Barrientos y Jesús Araujo, que hicieron diversos movimientos por todo el territorio guerrerense logrando la caída de varios presidentes municipales. Fui testigo de uno de ellos a los cinco años cuando en mi lugar de origen, Petatlán, en la Costa Grande, se realizó una parada cívica que terminó con la caída de Nicolas Pinzón. Después vendría la represión y por consecuencia el alzamiento armado en diversas partes de la Sierra, encabezado por Lucio y Genaro, y años después de su muerte por Carmelo Cortés.
El Movimiento Cívico sirvió de desahogo al encono acumulado durante muchos años, y el desencanto por la revolución fallida que intentaron hombres como Antonio Becerra Gaytán, de Chihuahua, quien fue el encargado de desactivar Guerrero conjuntamente con Othón Salazar, el llamado "Padre de la Montaña" por su ascendencia con los indígenas. Cuenta el propio Profesor Becerra Gaytán, que en la reunión realizada en Tlapa para desactivar el presunto movimiento revolucionario, los asistentes se pusieron necios queriendo tomar las armas, por lo que en un momento de exasperación Othón Salazar les preguntó que contra quien tomarían las armas, quedando todos en silencio durante un momento, hasta que del fondo salió una voz que grito: "vamos a matar comunistas". Ahí entendieron que la gente no entendía siquiera que ellos eran los comunistas.
El relato sirve para ilustrar mucho de lo que ahora acontece en Guerrero, porque no son tan solo los brotes de insurgencia encabezados delincuencialmente por normalistas y maestros. En Guerrero se han juntado en un solo camino aquellos que se dicen policías comunitarios y las bandas delincuenciales. A decir de los propios liderazgos sociales en las comunidades, no existe diferencia entre unos y otros porque ambos delinquen por igual asaltando, hurtando, cobrando derecho de piso, secuestrando y sembrando amapola. Resulta aberrante observar la presencia del Ejército Mexicano en los lugares de mayor incidencia delincuencial, conviviendo con este tipo de expresiones que a decir de los moradores son los que los han mantenido temerosos y con el alma en vilo desde hace ya muchos años.
Son varios factores que se han unido para agravar la crisis. Y lo peor es que es una crisis que pudiera ser de funestas consecuencias para el pacto de poder y para el Pacto Federal. El hartazgo de la pobreza, la matanza de normalistas, el perfil delincuencial de los maestros y normalistas, la siembra de amapola y marihuana, las policías comunitarias, las bandas delincuenciales en las siete regiones, y la infinita incapacidad de Rogelio Ortega. A eso hay que sumar que desde la llegada del PRD a la Gubernatura, Guerrro ha descendido tres lugares en la medición del índice de pobreza. Para decirlo de otra forma, ahora es el último lugar en el escalafón nacional. De ahí la pregunta que todos nos hacemos: ¿hasta cuando la Federación decidirá intervenir? De no hacerlo en lo inmediato habrá que lamentar la creación de un territorio autónomo, y no por voluntad de los moradores, sino por la imposición de los grupos que mantienen la resistencia. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.