En los corrillos políticos muchos están comenzando a mostrarse preocupados por el futuro de Miguel Ángel Osorio Chong, quien por el momento trabaja como Secretario de Gobernación. Y no es que el señor Osorio tenga problemas con su futuro, es el país quien tiene problemas con
el todavía titular de la cartera más importante del esquema gubernamental, y tendrá que esperar el regreso del Presidente Peña para que tome determinaciones. Por mucho que haya contado con el importante esquema mediático del actual gobierno, nunca ha logrado sacudirse el anodino pasado de su gestión al frente de la Gubernatura de Hidalgo. Pero también hay que entender que el estilo de gobernar del señor Enrique Peña Nieto se aparta de los cartabones tradicionales y que la principal finalidad es que solamente pueden brillar aquellos destinados a crecer. Los demás son de uso y desecho.
El cese fulminante de Ramón Pequeño ordenado por el señor Osorio no resolverá de ninguna forma la crisis que presenta y enfrenta el Estado Mexicano por la evasión del ahora épico "Chapo Guzmán". Elegir el eslabón más débil de la cadena es una burda estratagema para encubrir la podredumbre que rodea todo el funcionamiento del sistema carcelario del país. El señor Pequeño lleva ya más de veinte años en el ramo de los servicios de inteligencia y contrainteligencia y tiene un amplio curriculum y una vasta experiencia.
Por cierto, ¿en una cárcel de máxima seguridad se permite a los reclusos contar con Ipads como la que dejó el señor Guzmán sobre la cama? Desde luego que la respuesta es no, y esa es la mejor muestra de que la corrupción sigue latente, galopante y creciente en nuestro sistema penitenciario. Pero esto no es un problema nuevo y podríamos afirmar que nunca ha sido un verdadero problema porque forma parte del costumbrismo tradicional de los centros de reclusión de este país. Las prebendas a quienes pueden pagar por ellas es una realidad, y el señor Guzmán Loera lo tiene en suficiencia como para comprar las conciencias que quiera o necesite.
Lo previsible es que a la llegada del Presidente Peña las cosas se pondrán bastante mal para los ineficientes funcionarios encargados de la seguridad pública y carcelaria del país. Imaz, Rubido y Osorio tendrán que rendir cuentas y no será precisamente en un día de campo. Por lo que corresponde a la Procuradora Arely Gómez, valdría la pena que comenzara a pensar acerca de la conveniencia de buscar otros aires con menos complicaciones. Si alguna vez el todavía Secretario de Gobernación pensó que podría ser candidato de su partido a la Presidencia de la República, creo que ha llegado la hora de considerar un cambio de planes porque "el horno no esta para bollos". El único consuelo que nos queda a los mexicanos es que las crisis casi siempre presentan oportunidades para recomponer el camino, y lo que esperamos es que el Presidente Peña las identifique y las aproveche. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.