En este país los negocios más jugosos se realizan desde las estructuras gubernativas. No es algo nuevo, es una práctica que hasta ahora se ha considerado normal porque quizá los mexicanos ya nos acostumbramos a que nos roben y a permanecer callados. La corrupción se ha vuelto cínica, habitual, y se desarrolla por las manos de poderosos y por simples trabajadores de base o eventuales.
Quizá esa práctica es lo que nos ha detenido como país porque por mucho que se digan cosas acerca de los perniciosas que son dichas prácticas, la realidad es que los corruptos siguen tan campantes y y tan impunes. El problema es que los mismos corruptos o quienes los soportan en sus equipos de trabajo son los que pregonan que acabaran con el mal a la vez que incrementan la opacidad para que no tengamos posibilidad de conocer nombres, montos y cuantías.
La Capital del país ha sido propicia para este tipo de prácticas porque son muchas las dependencias que manejan dinero y tienen sus propios programas. No creo que en la Ciudad de México exista alguien que no se haya enterado de los negocios realizados por Marcelo Ebrard Casaubón. Y hay que señalar que estos no fueron solamente durante su mandato como Jefe de Gobierno, pues datan desde que Manuel Camacho Solís lo hizo Secretario General después de mandarlo al PRI y de que perdiera su diputación a causa de que su entonces partido arrasó y no entro ningún plurinominal. Desde entonces se planeó realizar un desarrollo en lo que fueran el basurero y las "Minas de Santa Fe", con la participación de Elba Esther Gordillo en calidad de socia aportante y otros miembros de la familia revolucionaria como Alejandra Moreno Toscano. Para decirlo de otra forma, el desarrollo de Santa Fe fue el primer gran negocio en el que participó Marcelo Ebrard.
Después vendría su segunda oportunidad cuando Andrés Manuel López Obrador decidió hacerlo candidato del Partido de la Revolución Democrática para sucederlo y mostrar el músculo ante Vicente Fox Quesada, quien lo puso de patitas en la calle después de los lamentables hechos ocurridos en San Juan Ixtayopan, poblado de la Delegación Tláhuac. El señor Ebrard continuó haciendo negocios y le fue bastante bien con el proyecto de la Línea 12 del Metro, que inició con un presupuesto base de 17 mil quinientos millones, y que finalmente terminó en 52 mil quinientos millones de pesos. El resto es de sobra conocido por todos los mexicanos, y lo inexplicable es que siga tan campante en Europa.
Los deslaves ocurridos en Santa Fe forman parte de esos trabajos mal hechos que acostumbró el señor Ebrard con tal de incrementar la utilidad de los negocios. Tres torres están a punto de colapsar y los dictámenes de Protección Civil hablan de la necesidad de reforzar para evitar nuevos taludes, o de lo contrario se derrumbaran irremediablemente. ¿Y Marcelo Ebrard? Tan campante en Francia, de donde por cierto es ciudadano ya que siempre ha tenido la nacionalidad gala. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.