La política norteamericana es simple y a la vez complicada. Y no es que sea distinta a la política mexicana, simplemente es que allá cualquiera puede aspirar si tiene los medios competir. Eso es lo que no ocurre en nuestro país, porque aunque ya tengamos la figura de los candidatos independientes, andar haciendo campaña sin dinero es lo mismo que pedir prestado a un limosnero.
Por eso en el vecino del norte se está presentando un raro fenómeno que ocurre en cada elección porque allá cualquiera, como dije en líneas anteriores, puede aspirar y hasta competir si tiene los elementos para hacerlo. Hay un sujeto que lo está haciendo y tiene dinero para eso y mucho más, pero hasta ahora se ha convertido en un problema porque está profundizando los odios.
Dícese del síndrome que es un conjunto de síntomas que se presentan juntos y que son características de una enfermedad o de un cuadro patológico, provocado en algunas ocasiones por la concurrencia de más de una enfermedad. El sábado pasado la mayor parte de los políticos encumbrados de este país, y de todas las corrientes políticas, respondieron a las idioteces del precandidato Republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. Ante los señalamientos del expresidente Vicente Fox Quesada de que el señor Trump es un ignorante y presumido, la respuesta del empresario fue en el sentido de que elevaría tres metros más el muro que ofreció construir en la frontera sur de Estados Unidos. Eso mereció una dura crítica del Presidente Enrique Peña Nieto en el sentido de que construyendo muros solamente se busca el aislamiento.
De inmediato nuestros prohombres y promujeres demostraron que tienen la piel muy delgada y su avidez de mostrar su amor al suelo patrio. "Busca generar más una nota que un proyecto" dijo Miguel Ángel Osorio Ching. "Revela un enorme racismo" señaló la Canciller Claudia Ruiz Massieu. "Desconoce su realidad" apuntó José Antonio Meade. También le dieron "montón" Felipe Calderón Hinojosa, Miguel Barbosa, Ricardo Anaya, Manlio Fabio Beltrones y Zoe Robledo, y no fueron muy corteses que digamos, sobre todo este último, quien aparte le señaló que es un "Sandio, que no es otra cosa que un hombre que dice sandeces y cosas torpes para provocar".
Lo que sí ha demostrado el señor Trump es que no sabe ni siquiera los problemas que enfrenta Estados Unidos en torno a su papel de primera potencia mundial, y lo único que identifica es la frontera con México porque es parte de ese discurso fácil que los descerebrados abordan cuando de impresionar a amplios segmentos de la población se trata. Aquí en México también tenemos un ejemplar así. Desconozco si haya sido parte una estrategia gubernamental las respuestas que "espontáneamente" surgieron contra el norteamericano, pero me parece que "a palabras necias oídos sordos" como dice uno de los refranes más sabios de la retórica popular mexicana. Ante la idiotez del señor Trump nuestros conspicuos políticos se pusieron a su altura, y eso habla de su poca capacidad para identificar motivos retóricos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.