Los asuntos gubernamentales estuvieron durante muchos años entremezclados con los asuntos de Dios. Uno de los discursos más brillantes en el Congreso Mexicano fue aquel de “"La Negación de Dios” que hiciera en la tribuna más alta del país Don Ignacio Ramírez, a quien apodaron “"El Nigromante”, para que se quitara el nombre Dios de la Constitución de 1857, que comenzaba señalando: “En el Nombre de Dios, la Nación Mexicana…” fue el colofón de la lucha entre liberales y conservadores, y los inicios de la intentona de traer a un Monarca Europeo para que nos gobernara. De ahí la separación de la Iglesia y el Estado.
Las iglesias tienen como finalidad llevar a cabo actividades que conforten el espíritu, y en la mayor parte de las veces cumplen su cometido de generar, al igual que los gobernantes, esa esperanza que todo ser humano tiene de mejorar sus condiciones de vida. La fe lo mismo que la política, provee al ser humano de principios y valores con los que convive en sociedad.
Bien dicen algunos que las iglesias preparan a los hombres para la muerte, mientras que la política lo hace para la vida. El Código civil del Distrito Federal señala que “"la institución del matrimonio es la unión de un hombre y una mujer con el propósito de realizar comunidad de vida, con respeto entre ambos, igualdad y ayuda mutua, con la posibilidad de procrear hijos”. Por lo que corresponde al matrimonio religioso, es el ritual de legítima unión de los contrayentes ante los ojos de Dios, comprometiéndose a respetar los dogmas y las obligaciones de la religión. Pero también hay que decir que para efectos legales lo que señala la ley está por encima del dogma religioso, por lo que un matrimonio ante la ley entre personas del mismo sexo le da validez jurídica haciendo a los contrayentes sujetos de las obligaciones y beneficios que establecen los ordenamientos legales. Pese a todos los escándalos sexuales en que se han visto inmiscuidos los miembros de la Iglesia Católica, siguen sin reconocer las diferencias sexuales.
Claro está que el dogma religioso no concuerda con el civil, y pese a ello siguen vigentes el uno y el otro. La Conferencia del Episcopado fija su posición dos días después de que el Presidente de la Republica, Enrique Peña Nieto, quien ha manifestado en diversas ocasiones que es una persona conservadora, decidiera enviar una iniciativa para permitir en todo el país el matrimonio entre personas del mismo sexo. Pese a sus creencias Enrique Peña Nieto ha optado por dejar de lado su concepción personal para adaptarse al cambio de los tiempos. Lo tenía que hacer porque es obligación de un Estadista sumarse a la voluntad de las mayorías. El Presidente de la Republica ha mostrado y demostrado sensibilidad ante temas como la marihuana y el matrimonio entre personas del mismo sexo, y lo previsible es que en el corto plazo la Secretaria de Turismo vislumbre la inclusión del turismo gay entre sus prioridades. Al tiempo. Vladimir.galeana@gmail.