No sé si alguien se haya tomado la molestia de analizar el por qué el Presidente Enrique Peña Nieto ya no está conectando lo suficiente con sus gobernados. Y no es que sus discursos no estén bien planeados o que se le haya acabado la magia, simplemente es que no han entendido que el país ha cambiado y con el también cambia la
percepción de los mexicanos. Después de meses a la baja, por fin los publicistas oficiales han entendido que los reveses que le propinaron los embates de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación al Gobierno Federal, el prestigio alcanzado por Enrique Peña Nieto cuando logró concitar a todas las fuerzas políticas del país para estructurar el llamado “"Pacto Por México”, se encuentra bastante maltrecho y pone en entredicho su capacidad para imponer el orden.
Quizá por eso es que ha reiniciado una campaña mediática buscando reposicionar su imagen ante una ciudadanía que ha dado muestras de hastío y fastidio por la inoperancia de las estructuras gubernativas para garantizar la vigencia del Estado de Derecho. Los especialistas en medios saben que las habilidades comunicativas del Mandatario han sido parte importante para que los ciudadanos entiendan lo que se hace para mejorar nuestras condiciones de vida. La realidad es que el señor Peña Nieto no ha tenido un momento para serenarse desde que llegó al poder. A dos meses de su arribo una explosión en las instalaciones de Pemex causó la muerte de 37 trabajadores, después la CNTE dio muestras de lo que vendría en los siguientes años, un poco más tarde surgen las autodefensas en Michoacán y Guerrero.
Posteriormente se presenta la fuerza devastadora de Ingrid y Manuel causando brutales destrozos en ambos litorales, de ahí siguió la tragedia de Ayotzinapa, luego vinieron los episodios de la Casa Blanca, la fuga del Chapo, y ahora la CNTE y los empresarios. Esto no quiere decir que la tarea de gobernar haya sido interrumpida, pero desde luego que esos sucesos evitaron que los mexicanos entendieran que hay cosas que se han estado haciendo bien. Dicen por ahí que prometer no empobrece, pero lo que el señor Peña Nieto señaló durante su campaña a la Presidencia de la Republica ha sido alcanzado aunque en algunos rubros más que en otros. Un ejemplo es el del crecimiento económico y la generación de empleos, que rebasan a todos los países del continente y solamente fuimos superados por Estados Unidos.
Muchas cosas se dirán de Enrique Peña Nieto, pero la realidad es que los saldos a favor no han recibido la misma publicidad que los problemas. Pero también hay que señalar que el reposicionamiento de su imagen pasa por imponer la ley frente al grupo delincuencial que se esconde tras la fachada de una Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Lo pide la gente de todas las latitudes del país, y lo exigen quienes han sufrido una merma importante en su patrimonio. Peña Nieto prometió utilizar la ley y la fuerza pública, si no lo cumple, se acabo su gobierno y comenzará en infierno. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.