Corrupción y cinismo

sinpunto

Sin lugar a dudas la mayor parte de quienes ahora se montan en la ola de acusaciones de corrupción contra el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, también tienen una larga cola que les pisen, comenzando por el actual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares,

quien en su momento fue acusado de haber sustraído mil quinientos millones de pesos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado.

Yunes fue colocado ahí por Elba Esther Gordillo Morales, quien realizara las gestiones ante el recién presidente electo, Felipe Calderón Hinojosa, quien mucho le debía por haber colaborado con los votos del magisterio para que lograra afianzar su victoria ante Andrés Manuel López Obrador. Quizás esa traición a su militancia priista es la que finalmente la mantiene privada de su libertad sin la posibilidad de acceder al encierro domiciliario, y ni cómo ayudarle mientras Enrique Peña Nieto siga siendo presidente.

Pero siguiendo la lista de los cínicos y corruptos, hasta ahora el señor Andrés Manuel López Obrador le ha costado a los mexicanos más de 20 mil millones de pesos que ha obtenido de prerrogativas para mantenerse los últimos 20 años haciendo proselitismo. Quizá ya no se acuerde cuando inició su carrera con 408 millones de pesos que le entregara Manuel Camacho para levantar su plantón del Zócalo capitalino. Y tampoco que hasta ahora siguen bajo secreto los costos de los segundos pisos. ¿A qué le teme?

Ni que decir del señor Marcelo Ebrard, quien hasta viñedos adquirió en Francia y pisos en París y Nueva York después de haber iniciado la Línea 12 del Metro con un costo de 17 mil 500 millones de pesos, y terminó en 52 mil 500 millones. Por cierto, el artífice financiero de esto fue el ahora paladín de la pulcritud, el senador Mario Delgado Carrillo.

Guillermo Anaya Llamas es candidato a la gubernatura de Coahuila. Antes fue senador y diputado impulsado por su amigo el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa. Amasó una cuantiosa fortuna porque contó con la permisibilidad por parte del señor Calderón para controlar y disponer todo lo relativo al funcionamiento de casinos en el norte del país, incluso aquellos que nunca tuvieron permiso para operar, claro está, mediante la entrega mensual de enormes cantidades de muchos ceros en dólares.

Mucha ha sido la corrupción en el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero también me vienen a la memoria Juan Sabines, Arturo Núñez, Gabino Cué, Ángel Aguirre Rivero, Fidel Herrera, Roberto Borge, y un sinfín de gobernadores que se fueron sin pena ni gloria. Vicente Fox Quesada desapareció 260 mil millones de dólares de excedentes petroleros de los que nunca rindió cuentas. Con Felipe Calderón, Genaro García Luna y muchos que ahora acusan adquirieron enormes riquezas. La corrupción está en todos lados y el cinismo también. Al tiempo.