Cuando hablamos de una contingencia nos referimos generalmente a un problema que se plantea de forma imprevista, actuando con eficiencia y eficacia, y más cuando se pone en riesgo la salud pública, como fue el caso de la contingencia ambiental en el centro del país
la semana anterior. Para decirlo más claro, ahora sí resultó una verdadera contingencia por los índices de partículas que se estacionaron en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y estados circunvecinos.
Si bien es cierto que la entidad federal a cargo de Rafael Pacchiano Alamán cuenta con atribuciones para llevar a cabo acciones inmediatas, también lo es que es el Gobierno de la Ciudad de México, el cual tiene que asumir su responsabilidad y determinar, en lo inmediato, acciones concretas para proteger a la población. El problema fue que el señor Mancera andaba de viaje y la titular de Ecología, Tanya Muller, desapareció y solamente supimos de ella por los tuits que estaba enviando de quién sabe qué lugar.
Lo peor de todo es que la señora Muller evidenció no tan sólo ineficiencia, sino una falta de sensibilidad y conocimiento de la circunstancia que estábamos viviendo en el altiplano mexicano, que es una de las zonas conurbadas más grandes del planeta y en la que confluyen nueve estados, y varias ciudades que presentan problemas ambientales por el abandono de programas, por ineficiencia o simplemente por indolencia.
El problema es complejo, y al igual que la pobreza de pronto se agudiza y entra en crisis, y finalmente esa franja en la que se mueven los más desprotegidos resulta la más afectada por su vulnerabilidad y la carencia de mecanismos de protección.
Pero eso parece importarle poco a la señora Muller, porque con una falta de sensibilidad y un brutal cinismo envió en su cuenta de Twitter un mensaje en el que establecía que “gracias a las políticas ambientales que se llevan a cabo la CDMX ha dejado de ubicarse como una de las urbes más contaminadas del mundo”.
Lo peor de todo es que colocó una fotografía que data de algunos ayeres, en la que se observa un cielo azul intenso y una ciudad transparente, lo que habla de su poca sensibilidad hasta para entenderse con quienes tenemos que respirar su brutal inficiencia. Las críticas nos hicieron esperar y los calificativos fueron en algunas ocasiones bastante groseros. Así son las redes sociales, bastante crudas, y más cuando los protagonistas dan motivos.
Durante la administración de Tanya Muller se han realizado brutales negocios inmobiliarios con la creación de una figura jurídica para unir dos predios distantes e incrementar el número de pisos. Eso ha redituado en una fortuna a quienes participan en el proceso. Eso explica también el porqué el señor Miguel Ángel Mancera no la ha despedido pese a su ineficiencia, y por el récord de haber talado el mayor número de árboles en la historia de la Ciudad de México. Al tiempo.